Iván Ferreiro himnos meláncolicos para noches oscuras

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Iván Ferreiro himnos meláncolicos para noches oscuras

Iván Ferreiro

El cantautor gallego presenta su nuevo disco ‘Casa’, una colección de 12 canciones sobre las zozobras sentimentales. Tal vez sea el cantautor ‘indie’ por excelencia, el responsable de unos cuántos temas que han dibujado la trayectoria vital de una generación que empieza a cerrar sus buenas cuatro décadas de historia y a ver como su tiempo pasa. Pero, como parece demostrar su último trabajo, a Iván Ferreiro, aún le quedan unas cuantas cosas que contar.
 
El hombre que enterró a sus antecesores, a esos grupos españoles de los ochenta en los que no era oro todo lo que relucía al frente de los añorados Piratas, supo reinventarse luego, cuando el viejo ‘indie’ vino a rescatar a las multinacionales hundidas por las crisis, con las pócimas de la autogestión y el forraje indispensable de los festivales veraniegos.
 
No coqueteó con el inglés, que yo sepa, tal vez, porque las canciones de Ferreiro, de melodías elegantes y arreglos ajustados, necesitan ser entendidas para disfrutarse como se merecen. Cuentan cosas y buscan complicidades, con la ayuda de una voz inconfundible, ni la mejor ni la peor, pero que ha hecho fortuna entre los aficionados.
 
Su último disco se llama ‘Casa’ y, según dicen los críticos especialistas en ese género individualizado que Ferreiro ha creado para sí, sus textos reiventan el significado de la palabra autoayuda, por su tratamiento íntimo de los estragos producidos por la devastación que provocan las rupturas amorosas.
 
Al parecer en esta colección de canciones se incluye un aspirante a clásico, en opinión de quienes entienden de esto. Es ‘El pensamiento circular’, el tema que se lanzó en primer lugar como material adelantado del álbum. Un medio tiempo doliente y melancólico que marca el tono general de un álbum, sosegado y espacioso donde el tiempo transcurre lentamente.
 
A veces demasiado para quienes, como yo, no somo del todo acólitos de esta religión concreta. Pero es un mal menor. Hay muchos atractivos fáciles de encontrar en este disco de madurez, en el que ese león ya no tan joven reivindica su derecho a rugir a su manera. Y un halo de sinceridad y credibilidad que se agradece entre tanto ‘postureo’.
 
 

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