2017 (Parte I)

Transiciones

2017 (Parte I)

Política transicional

De nuestro desatendido “2016” quedan pendientes los tres grandes “elementos nuevos”. 1°) el cambio en el marco de gobernanza, 2°) “la base líquida real de financiamiento de la vida nacional” 3°) los “factores sociales que introducen mayor complejidad”. Damiano Del Vescovo, presidente de Fedecámaras -la gremial empresarial- del estado (provincia) en el cual habito, me concede el honor de invitarme a exponer en su evento relativo a las expectativas para el año próximo. Ustedes, amigos lectores, saben que es trabajo que hago todos los diciembres. La invitación me obliga a adelantar la elaboración. Comparto con ustedes algunos preliminares.
 
De nuestro desatendido “2016” –sí, reclamo la displicencia con la cual se recibe en Venezuela los análisis de expertos- quedan pendientes los tres grandes “elementos nuevos” mencionados el 30 de diciembre del año pasado: 1°) el cambio en el marco de gobernanza, 2°) “la base líquida real de financiamiento de la vida nacional” (la disponibilidad de medios de pago externos), y 3°) los “factores sociales –pobreza y miseria- y políticos –protestas-  que introducen mayor complejidad”.
 
Primero, la nueva Asamblea Nacional mostró falta de comprensión, no del oficio; pero, sí de las condiciones generales y específicas en las cuales se realiza su actuación. No se entendió la compleja exigencia de gestión afrontada. Segundo, el país sigue con una ya crónica sequía de divisas. La tantas veces invocada por nosotros ingeniería financiera apropiada no llega. Es más, no se asume. No se sabe cómo. Y, tercero, nuestra anticipación, y luego propuestas, para la atención de la criminal crisis social no fueron tenidas en cuenta. Eso ubica la responsabilidad más acá del nefasto régimen. Sigue pendiente.
 
Pues, bien, asumir la tarea de anticipar (dije anticipar; no, pronosticar) en la precisa Venezuela actual presenta serias dificultades: la realidad a observar y anticipar es incierta: no es pronosticable ni calculable en su probabilidad. Es solo posible –como dicho- manejar opiniones (anticipaciones de futuro), tanto para los eventos, como para sus valores (es un ejercicio de lo que los anglosajones llaman “foresights” y no el trabajo convencional de “forecastings”).
 
Y eso, porque por diversas condiciones, Venezuela no es un caso normal, sino excepcional. Y en la excepcionalidad, no caben medios ordinarios. Lo primero en esa excepcionalidad es que en Venezuela no hay errores de gestión, sino un proyecto político en curso. Asombra conocer de tantos “analistas” (¿o repetidores de lugares comunes?) que siguen viendo la intencionalidad como deslices o errores.
 
Lo que hay, mis amigos, es un largo proceso de demolición, expoliación y perversión ética, con claro interés en el sistema económico y el acervo de recursos, base del músculo de los países. Y reiteramos: no cabe, entonces, la evaluación y las propuestas a la corrección de errores; sino la superación del modelo (y/o sus impulsores), o proponer escenarios creativos, lo cual haremos en la Parte II.
 
Pero, no es todo: el propio modelo, como tanto hemos dicho, agotó una fase. No es solo, entonces, la realidad incierta y su lógica de modelo de apuesta dura por el totalitarismo a la cubana (contemporizado, claro); sino, también, su agotamiento: el precio del petróleo bajó, la deuda se encareció y la base tributaria se empobreció. Malas noticias, para algunos; buenas, para quiénes las sepan entender. Eso podría definir eventos políticos, con implicaciones económicas.
 
El proyecto político es, entonces, la base para el diagnóstico. Realidad que los economistas llamamos de Economía Política. Es distinto a fallas de política económica. Pero, también, importa la atención a los costos y riesgos del modelo. O sea, destrucción, entrega y corrupción, más el agotamiento del modelo.
 
Y digo lo que debería esperar por el próximo artículo: estamos frente a la imperiosidad, por el modelo y su agotamiento, de un manejo transicional. Pero, eso, en todas sus implicaciones, no lo explico todavía.
 
Santiago José Guevara García
Valencia, Venezuela
[email protected] / @SJGuevaraG1

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