‘Layers of Fear’, un juego de Bloober Team

El videojuego

‘Layers of Fear’, un juego de Bloober Team

Layers of fears

Una mezcla bien conseguida de lo gótico y lo victoriano, junto a la soledad y la locura, compone esta propuesta de alto nivel artístico. No cabe duda a estas alturas de que 2016 ha llegado para posicionarse como un año de revolución a nivel técnico y creativo en el mundo de las consolas: los títulos que han salido al mercado en estos meses no han hecho más que consolidarlo, con toda probabilidad, como uno de los mejores años que se recordarán en un futuro para la actual generación. La tecnología más puntera ya está lo suficientemente explorada como para sacarle todo el partido, y eso es algo que, a nivel artístico, se hace notar.

Las propuestas más esperadas del año no parecen avocadas a decepcionar, de momento. Pero otra clave importante del asunto se encuentra en que, de la misma forma que las novedades prometen, y mucho, en el arranque de 2016 también ha habido hueco para experimentar con géneros ya bastante saturados. La renovación está al orden del día, y parece que una apuesta firme para triunfar en la industria queda en renovar lo que se va quedando anticuado: ésta ha sido la jugada de los desarrolladores de la polaca Bloober Team al atreverse con el terror psicológico en primera persona, en formato de exploración, y todo apunta a que les ha salido redonda.

Su Layers of Fear ha tardado poco más de una semana en consolidarse como una de las propuestas más atractivas que han salido este mes y, dígase todo, probablemente será uno de los videojuegos de terror más comentados de todo el año. El planteamiento ya es lo suficientemente sugerente como para seducir a los amantes del género del terror más clásico sin mayor problema, y buena parte de la crítica ya se ha deshecho en elogios para Bloober.

¿La receta? La de Poe: una mezcla bien conseguida de lo gótico y lo victoriano, con la soledad y la locura. Todo, sin olvidarse de constantes alusiones a lo artístico, que dejan precisamente al arte, en abstracto, como el motor que hace que el juego fluya. Y en dos sentidos: el arte es un elemento fundamental en la trama, en lo narrativo, pero también en el gameplay, con una estética muy cuidada que le da realismo al juego a la par que lo convierte en algo más inquietante.

Una trama centrada en la obsesión

Nos situamos en una mansión victoriana cuyos escenarios cambian constantemente. Las transformaciones se explican por la trama: en Layers of Fear nos metemos en la piel de un artista atormentado, un pintor que ha sucumbido a la locura al emprender una búsqueda obsesiva para realizar su obra maestra.

En estos términos, el jugador atento se percatará de que el protagonista de la historia, más que el propio artista, es la propia obsesión. Un planteamiento muy inteligente por parte de la desarrolladora polaca, ya que saca todo el partido posible al concepto a través de los fenómenos de contemplación y observación que tanto definen a los juegos de exploración, en primera persona.

La contemplación en el juego permite que el jugador se obsesione mientras acompaña al artista en su lucha por encontrar su inspiración perdida. Nos adentramos en la psicología del personaje, y es entonces cuando el juego comienza a jugar con nosotros: los escenarios cambian constantemente, lo que construye un clima de tensión muy complejo y una inquietud vibrante. Todo, sin recurrir a las estrategias de terror clásicas, ya gastadas, a las que todo jugador está acostumbrado.

En este sentido, la estrategia, como escisión de un concepto de terror clásico, no puede ser más inteligente: los elementos se combinan con gran estilo. El protagonista no es otra cosa que una representación simbólica de la obsesión, que, probablemente con toda una intención detrás por parte del equipo de desarrollo, nos remite al mítico Dorian Gray de Wilde, tan caracterizado por lo victoriano y su pasión y obsesión irracional por el arte.

Los problemas del terror psicológico

¿Problemas? Alguno, porque siempre tiene que haber alguno.

La profunda carga emocional del juego contentará al público interesado en el terror psicológico. Pero los jugadores más orientados a la acción que ofrecen otras propuestas de terror pueden llegar a cansarse, aunque lo cierto es que es recomendable a nivel general, ya que su brevedad no permite que se haga especialmente pesado.

Lo que hay que recordar es que aquí no hay combate, aunque esto no se hace notar porque el ritmo general de la trama es bueno. Además, está perfectamente combinado con un desarrollo de arte prácticamente impecable, y un uso del sonido medido, y perfecto para ambientar la historia y causar más de un sobresalto.

Y es que aquí se encuentra el encanto del juego: es la contemplación, la obsesión, la que permite meterse de lleno en la historia. El jugador se meterá tanto en la piel del protagonista que se creerá su locura, y de ahí el acierto de Bloober Team: en jugar con las posibilidades de la primera persona y llevarlas a otro nivel, pero no en lo visual, sino en lo narrativo.

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