La crisis desinfla el empleo público en Sanidad y dispara la contratación privada

Sanidad

La crisis desinfla el empleo público en Sanidad y dispara la contratación privada

Médico en el quirófano

De 2008 a 2014 el empleo público ha pasado de crecer cerca del 4% anual hasta un pobre 0,1% al año. Por contra, el empleo sanitario privado ha mantenido un crecimiento del 2,6% durante los años más duros de la crisis. Entre julio de 2002 y el mismo mes de 2014, la población española ha crecido un 12,2%. En el mismo periodo, el empuje del empleo sanitario ha duplicado al demográfico, puesto que hay un 33% más de empleos en el sector de la sanidad. Sin embargo, el 17,8% de ese crecimiento se ha dado en la sanidad pública, mientras un contundente 62,2% se ha quedado en el sector privado de la salud.

Es el dictamen global de un estudio de Comisiones Obreras sobre el “empleo en actividades sanitarias y su evolución durante la crisis”. El informe contrapone los datos para el inicio de la década de los 2000 con las convulsiones provocadas por el estallido de la crisis global. El sector sanitario español ha sentido las sacudidas: si mientras de 2002 a 2008 el empleo público sanitario crecía en España a un ritmo del 3,8% anual, en los seis años siguientes ese aumento se queda en un simbólico 0,1%, el crecimiento medio de 2008 a 2014. Los años más duros fueron de 2011 2013, cuando se llegaron a perder más de 47.000 empleos en el sector.

Sin embargo, el sector sanitario privado ha logrado seguir creciendo durante la crisis: de 2002 hasta 2008 ha crecido en una media del 8,5%, y en los seis años posteriores su desarrollo ha sido del 2,6%. Aunque ha caído en un 30%, ha capeado la crisis y los recortes con mucha mayor suerte que la parte pública de los sanitarios.

Además, en ambos periodos el crecimiento relativo ha sido mayor en el sector privado que en el público, lo que explica el incremento progresivo del peso relativo del empleo en la sanidad privada respecto al total. En 2002 era el 30,8%, en 2008 el 35,6% y en 2014 el 38,6%.

El periodo que va desde 2011 a 2014 se ha saldado, en general, con la pérdida de 360.000 empleos públicos: un 34% se destruyeron en enseñanza, otro 32% en la Administración Pública, un 17,3% en sanidad y el 15,8% restante en servicios sociales. Sobre el sector que nos ocupa, el sanitario, ha perdido en 3 años el 7,7% del total de sus empleos públicos.

Destrucción del empleo fijo

La destrucción de empleo público en el sector sanitario se ceba con la contratación fija, según el mismo informe: mientras el trabajo público sanitario acaba 2014 con una tasa de temporalidad del 28,6%, mientras el negocio privado de la sanidad limita su temporalidad al 18,15 de sus empleos. No obstante, esconde otra lectura: “Se trata de dos maneras diferentes de gestionar la flexibilidad: en la sanidad pública mediante contratos temporales, en la sanidad privada mediante jornadas a tiempo parcial”, advierte el estudio, que recuerda que “si se compara el porcentaje de quienes son asalariados indefinidos a tiempo completo en la sanidad pública y en la privada se verá que en el primer caso el porcentaje se eleva al 69,1%, mientras que en el segundo el porcentaje es el 65,6%”.

Desde bases de partida casi idénticas en 2002, la sanidad pública y la privada han trazado sendas muy distintas: “el sector público sigue un proceso de expansión o contracción sobre la base del empleo temporal, mientras que el sector privado ha optado por gobernar sus ajustes mediante el tiempo parcial y reduciendo de forma significativa la temporalidad”.

”Privatización suave”

El desplazamiento de la actividad del sector público al privado, en un proceso que CCOO califica como “privatización suave”, profundiza al calor de la crisis, “en una tendencia que ya podíamos observar en el conjunto del sector sanitario”. Esa progresión hacia la privatización de la sanidad “tiene importancia en aspectos básicos de la prestación sanitaria, así como en las condiciones de trabajo de los profesionales del sector sanitario, a los que la Organización Mundial de la Salud define como el corazón y el alma de los sistemas de salud y elemento esencial del mismo”.

El informe se refiere al deterioro de condiciones laborales derivadas de decisiones administrativas y legislativas para el empleo público, de un lado, y del desequilibrio introducido en el marco de regulación convencional del sector sanitario en su conjunto por las reformas laborales y de la negociación colectiva llevadas a cabo en los últimos años.

Según el profundo estudio del sistema sector sanitario público y privado que patenta el sindicato, los actuales retos del sistema sanitario son el envejecimiento de la población, la introducción de nuevas tecnologías, las nuevas amenazas de enfermedades transmisibles y el continuo aumento de la necesidad de gasto sanitario. Todos esos elementos han significado una fuerte creación de empleo en los últimos años, “que se ha detenido durante la crisis y que se combina con el mencionado proceso de privatización y con la insuficiencia de los actuales presupuestos públicos”, advierte el informe.

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