El banco controlado por el FROB anuncia nuevos cierres de oficinas que se llevarán a cabo entre enero y febrero. BMN continúa soltando lastre y poniéndose guapa de cara a su próxima salida a Bolsa, que podría producirse este mismo año. El banco controlado por el Estado, que hace apenas un mes anunció un traslado de los servicios centrales, ha comunicado a los sindicatos el cierre durante los meses de enero y febrero de 40 oficinas.
De las oficinas que se cerrarán, 20 están situadas en Andalucía, y más concretamente en Granada, otras 10 están situadas en Levante y otras 10 en Baleares, todas zonas consideradas en principio estratégicas ‘core’.
El cierre de las mismas no conlleva necesariamente el abandono de plazas sino que algunas se convertirán en ventanillas desplazadas, según ha comunicado el banco a los sindicatos. Los parámetros utilizados para elegir las mismas han sido principalmente, “productividad, rentabilidad y capacidad de crecimiento”. El cierre de estos centros también conllevará la apertura de centros de Asesoramiento Financiero, de Empresas y de Consumo, que BMN pretende tengan horario especial.
Los cierres no serán el único cambio de cara a este inicio del año, sino que el banco también ha anunciado que se van a reforzar determinadas áreas de negocio, en función de las características de cada territorio (Comercio Exterior, Banca de Empresas, de Particulares, Negocio Agrario, Consumo, etc.).
Además, se pasará de 11 direcciones regionales y 47 zonas a 22 direcciones regionales (ocho en Levante, ocho en Andalucía, cinco en Baleares y una en Madrid), con sus correspondientes responsables comerciales de Empresas, Gestión Comercial, Ahorro Inversión, Negocio de Seguros y Planificación.
Los últimos movimientos de BMN se producen a la espera de que la entidad, participada en un 65% por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) salga a Bolsa, algo que se espera que pueda producirse este mismo año. El pasado verano, el Gobierno reactivó la operación de privatización de la entidad. El banco surgido de la fusión de Caja Murcia, Caja Granada y Sa Nostra ya habría contratado a Uría y Menéndez como responsable jurídico de la operación, así como al equipo de bancos de inversión formado por Deutsche Bank y Goldman Sachs como asesor.
