Otros cinco años de petróleo barato

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Otros cinco años de petróleo barato

Extracción de petróleo

El desplome en el precio del petróleo se ha cobrado más de 200.000 puestos de trabajo en todo el mundo durante el último año. El precio del petróleo tardará cinco años en recuperarse de la guerra de precios desatada el año pasado por Arabia Saudí y EEUU. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) cree que hasta 2020 los precios no alcanzarán los 80 dólares por barril. Esta sería la consecuencia de los actuales mecanismos de autoajustes del mercado, que aumentan la demanda del petróleo a la par que frenan su oferta.

Para el organismo dependiente de la OCDE, este es el escenario más probable porque el periodo actual de sobreoferta no puede ser duradero dado el fuerte recorte de las inversiones. Sin embargo tampoco descarta un periodo más prolongado de precios bajos y baraja una segunda hipótesis: que el precio del barril de crudo se mantenga en los 50 dólares hasta 2020 y suba hasta los 85 para 2040.

Este supuesto, menos probable que el anterior, tendría como consecuencia un aumento de la dependencia energética de los países de Oriente Medio, alcanzando niveles de 1970. Para la AIE esto aumentaría el riesgo de que los precios fluctuasen de manera drástica y elevaría la preocupación en materia de seguridad energética.

La promesa de un barril a 80 dólares es casi un mensaje de consuelo para las compañías petroleras de Occidente, que han estado recortando empleos e inversiones en previsión de precios mucho más bajos.

Adiós a 200.000 empleos

El desplome en el precio del petróleo, que se sitúa en el entorno de los 47 dólares el barril en su variedad West Texas, se ha cobrado más de 200.000 puestos de trabajo en todo el mundo durante el último año, y todo parece indicar que la cuenta seguirá creciendo en los próximos meses, mientras países como Arabia Saudí o Irak no parecen tener ninguna intención de recortar su producción de oro negro.

La palma se la lleva Schlumberger, que ha despedido a más de 20.000 trabajadores de sus servicios petroleros, alrededor de un 15% del personal. Su rival Halliburton pretende recortar 18.000 puestos, por los 14.000 de Weatherford International y los 13.000 de Baker Hughes. Entre las grandes compañías integradas, es decir, que operan en los sectores de exploración, producción, refino y distribución, el mayor recorte es el de Royal Dutch Shell, con 7.000 despedidos. Los cálculos los ha realizado Continental Resources, una de las empresas que no ha despedido a ningún trabajador, al igual que el gigante Exxon Mobil.

Mucho más modestos son los recortes que planea llevar a cabo Repsol, que prevé en su nuevo plan estratégico hasta 2020 un ajuste de 1.500 trabajadores (alrededor de 750 en España), lo que supondrá una reducción del 6% de su actual plantilla.

La compañía española ha mostrado su intención de acometer esta reducción de su fuerza laboral de forma no traumática y pactada con los sindicatos, aunque por el momento se desconocen al detalle los plazos y medios por los que se efectuará el recorte. Repsol tiene actualmente unos 25.000 empleados tras cerrar, el pasado mayo, la compra de la petrolera canadiense Talisman.

Pocas empresas han escapado de los recortes: si no es la plantilla, son los salarios los que se han tocado. Compañías como Occidental Petroleum y Canadian Natural Resources han congelado las contrataciones, han recortado las primas o han acometido recortes salariales para intentar preservar los puestos de trabajo. Con estas medidas, estarían tratando de evitar el tipo de escasez de trabajadores cualificados que ya se produjo durante las oleadas de despidos de las anteriores recesiones. Además, en muchos casos sus empresas no pueden tener éxito sin personal suficiente, sobre todo si la desaceleración de los precios del petróleo se invierte.

Los duros ajustes en el sector han coincidido con el cese de actividad de más de 1.100 equipos de perforación y una reducción a la mitad del gasto de capital, mientras el exceso de oferta sigue impulsando los precios a la baja. Y todo parece indicar que la situación va a seguir igual ante la intención de países como Arabia Saudí o Irak de mantener su producción.

En la reunión mantenida el pasado 21 de octubre entre los miembros de la OPEP y ocho países productores más (Azerbaiyán, Brasil, Colombia, Kazajistán, Noruega, México, Omán y Rusia) no se llegó a un acuerdo para reducir la producción actual de petróleo ni para establecer un objetivo de precios como había propuesto Venezuela. De hecho, aunque Rusia y Venezuela han propuesto mantener otra reunión en noviembre o diciembre, Noruega y Azerbaijan ya han confirmado que no asistirán.

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