Así acceden los eurodiputados a la información sobre el TTIP

Acuerdo de Libre Comercio

Así acceden los eurodiputados a la información sobre el TTIP

    Parlamento Europeo

    Los eurodiputados solo pueden leer los documentos en una sala custodiada, con la prohibición de obtener copias ni revelar ningún detalle. Nos encontramos ante la décima ronda de negociaciones entre Europa y Estados Unidos para aprobar el Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversión (TTIP) entre la UE y Estados Unidos. Y los documentos que lo plasman siguen a buen recaudo en las famosas reading room de Bruselas. Porque la información sobre el TTIP no está disponible para el común de los mortales, pero tampoco es del todo accesible para los propios eurodiputados, que recientemente han tenido que votar su posición respecto a las negociaciones en marcha.

    Los diputados en el Parlamento Europeo pueden acceder a la lectura de los documentos confidenciales en unas salas custodiadas y a las que se accede previa firma de un acuerdo de confidencialidad que compromete al visitante a no revelar nada de lo allí leído. Tienen prohibido revelar cualquier detalle, y si incumplieran esa cláusula, podrían enfrentarse a sanciones administrativas o procesos penales. Los representantes en la Eurocámara deben abandonar todas sus pertenencias antes de acceder a estas salas de lectura, y no pueden portar con ellos ningún dispositivo capaz de copiar o reproducir los documentos confidenciales. Bolígrafo y papel son los únicos objetos permitidos.

    Este miércoles, la europarlamentaria por Podemos Lola Sánchez, también miembro de la Comisión de Comercio Internacional (INTA), ha hecho una tercera visita a la sala que custodia los documentos que maneja la cúpula de la Comisión Europea en sus negociaciones con el equipo estadounidense. Y así era la entrada en la sala: la eurodiputada y activista anti-TTIP muestra los dispositivos de seguridad de la puerta y los documentos que ha de firmar para asegurar su silencio.

    Pero no es necesario estar en contra del tratado para estarlo también de la opacidad de este tipo de procesos en la UE. Maite Pagaza, de UPyD, declaraba hace meses a Público que aunque es partidaria del acuerdo, reconoce que “el oscurantismo” de Bruselas” ha contribuido a generar desconfianza”. Además, se quejaba de que la parte pública de los documentos sobre el TTIP, publicados por la Comisión Europea en su web, solo están accesibles en inglés, por lo que “la gran mayoría de los ciudadanos europeos no puede acceder a las fuentes que sí son públicas”.

    El Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria (GUE-NGL) ha manifestado en varias ocasiones su rechazo a este mecanismo que convierte a las salas de lectura en cajas fuertes para un tratado de gran calado, y han pedido que todos los europarlamentarios pueden acceder sin restricciones al material que manejan los equipos negociadores de la UE.

    Esta ha sido la salida, dos horas más tarde, de la eurodiputada Lola Sánchez. En su tuit hace una valoración generalista sobre lo que, a su juicio, supone la información a la que ha tenido acceso. “La UE cede antes las presiones de EEUU y empieza a cambiar sus leyes”, asevera la europarlamentaria. Pero aportar cualquier detalle para corroborarlo iría en contra del reglamento, por lo que “hasta aquí podemos leer”.

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