La decisión del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) de vender el Banco de Valencia a CaixaBank sigue provocando controversia, ante las diferentes informaciones que apuntan a que la liquidación de la entidad habría salido más barata.
Según el informe elaborado por Oliver Wyman, la factura de una posible liquidación del Banco de Valencia hubiera oscilado entre los 5.600 y los 7.400 millones de euros. En vez de eso, el FROB, que ya había inyectado 1.000 millones de euros en la entidad a finales de 2011, decidió el año pasado inyectar otros 4.500 millones de euros de capital adicional.
Una vez suscrita esta ampliación de capital, se traspasó el Banco de Valencia a CaixaBank a un precio simbólico de un euro, otorgando además un esquema de protección de activos (EPA), mediante el cual el FROB asumirá, durante 10 años, el 72,5% de las pérdidas que experimenten la cartera de pymes/autónomos y de riesgos contingentes.
La cartera de créditos a empresas y pymes del Banco de Valencia ascendía a unos 5.392 millones de euros, aunque en esta partida la factura final dependerá mucho del deterioro que registre la cartera del Banco de Valencia en función de la marcha de la economía. Por lo pronto, en 2012 el FROB dotó ya 598 millones de euros por esta EPA.
Además, a principios de este año CaixaBank habría solicitado garantías adicionales de otros 180 millones de euros al FROB, por lo que el coste final podría seguir ascendiendo. En concreto, según El País, que cita la memoria anual del FROB, la institución dependiente del Banco de España se comprometió a compensar a CaixaBank, en determinados supuestos, los perjuicios patrimoniales por los cambios entre la estimación de activos a transmitir la Sareb y los finalmente transmitidos.
Los servicios jurídicos del FROB están analizando ahora la reclamación, señala este diario, que no obstante destaca que el fondo ha procedido a dotar con cargo a las cuentas de 2012 una provisión por importe de 90 millones de euros, “importe algo inferior al 50% del total reclamado”.
