El Banco de España apela a una política de apoyo al turismo para evitar la destrucción del tejido productivo

Turismo

El Banco de España apela a una política de apoyo al turismo para evitar la destrucción del tejido productivo

La institución resalta en su Informe Anual 2019 que el Gobierno ya presentó el pasado 18 de junio su plan para reactivar el turismo.

Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas tras la finalización del estado de alarma

El Banco de España, ante las perspectivas «realmente sombrías» que la pandemia de coronavirus ha traído para el sector turístico, apunta a la necesidad de «desplegar» una acción de política económica específica para el sector que evite la destrucción del tejido productivo.

La institución resalta en su Informe Anual 2019 que el Gobierno ya presentó el pasado 18 de junio su plan para reactivar el turismo, basado en la provisión de liquidez a las empresas turísticas en forma de créditos del ICO y moratorias hipotecarias, así como en la creación de una línea de préstamos destinados a financiar la transición de las compañías hacia un modelo más digital, sostenible y competitivo.

No obstante, y en este ámbito, el Banco de España señala que es necesario retener la «suficiente flexibilidad» como para ajustar, en función de la evolución de la situación, las medidas aplicadas, particularmente en dos dimensiones que «deberían ser tenidas en cuenta» para diseñar intervenciones futuras como son la «marcada estacionalidad de la industria» y el «distinto grado de exposición regional».

LA INCERTIDUMBRE AFECTA NEGATIVAMENTE

El Banco de España considera que mientras no exista vacuna o tratamiento para la enfermedad, la incertidumbre ante posibles rebrotes influirá negativamente en la actividad del sector y, sumado al deterioro de las rentas de los hogares y las perspectivas macroeconómicas, se convertirá en un «lastre» para la recuperación de la demanda turística.

En cuanto a la oferta, es posible que las restricciones que se mantienen en vigor «limiten de forma significativa» en el corto plazo la rentabilidad de las empresas del sector y su capacidad para retomar la actividad «después de haber sufrido considerables pérdidas de ingresos» en estos meses.

Por ello, aunque no se den más rebrotes, los escenarios que se contemplan dentro del sector apuntan a una caída del 60% en 2020 en todo el mundo, con una recuperación muy gradual y sin alcanzar los niveles anteriores a la crisis hasta el segundo semestre de 2021.

Se espera que el turismo nacional se recupere antes que el internacional y que, además, el gasto que los españoles suelen realizar en el extranjero se reoriente al mercado nacional, aunque la capacidad de este canal para mitigar la reducción de los turistas internacionales hacia España sería «relativamente limitada». Según los datos de la Balanza de Pagos, el gasto turístico que realizaron los residentes en España en el extranjero en 2019 supuso solo el 33% del realizado por los turistas no residentes en España.

En cuanto al turismo internacional, es probable que primero se recuperen los mercados próximos, que pueden visitar el país incluso por carretera, y de quienes poseen residencia propia en España o que no requieren alojamientos de mercado para su estancia, que son quienes tienen un menor peso en el total de la actividad del sector en oposición a quienes llegan en avión para las vacaciones y se alojan en establecimientos hoteleros.

HETEROGENEIDAD Y ESTACIONALIDAD

Según los datos de 2018, el sector turístico supone un 12,3% del PIB y un 12,7% del empleo en España, por lo que la intensidad en la que se recupere «tendrá una influencia significativa en el ritmo de recuperación del conjunto de la economía». Asimismo, teniendo en cuenta la heterogeneidad sectorial y regional del turismo, será determinante cómo se desarrollan cada una de las diferentes ramas de actividad o regiones.

El Modelo Trimestral del Banco de España (MTBE) ilustra cómo la desaparición de los flujos turísticos internacionales en un mes «promedio» provocaría una caída anual del PIB y de las exportaciones anuales del 0,4% y del 1%, respectivamente.

Sin embargo, atendiendo a la estacionalidad del turismo internacional, si la desaparición del turismo se dieran en agosto, el retroceso del PIB y de las exportaciones anuales alcanzaría el 0,6% y el 1,6%, respectivamente, lo que pone de manifiesto la «extraordinaria importancia» del momento preciso en que la actividad del sector pueda empezar a recuperar una cierta normalidad.

Asimismo, resalta la relación del sector turístico con otros como la industria de la alimentación y bebidas y el mercado inmobiliario y la heterogeneidad del turismo en las diferentes regiones de España, tanto en peso económico como en tipología de actividades y estacionalidad, aunque todas sufrirían un importante impacto.

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