Aviso de Consumo sobre las mascarillas FFP2 que reparte Ayuso: no son para uso general

Madrid

Aviso de Consumo sobre las mascarillas FFP2 que reparte Ayuso: no son para uso general

El Ministerio de Garzón incide en que las mascarillas FFP2, que reparte Madrid, “solo están recomendadas” para sanitarios y colectivos vulnerables bajo prescripción médica.

Un farmacéutico se coloca una de las siete millones de mascarillas FFP2 modelo KN95

El Ministerio de Consumo ha insistido en que, de acuerdo “con las recomendaciones de la comunidad científica”, las personas sanas y sin contacto con la Covid-19 deben usar mascarillas higiénicas, sin renunciar al distanciamiento físico y la higiene. Asimismo, para aquellas personas que tengan síntomas o sean positivas asintomáticas, “se aconseja” la utilización de las quirúrgicas. El resto de tipos de mascarillas, como las FFP2, que la Comunidad de Madrid está repartiendo entre la población en general, deberían limitarse a determinados colectivos.

“El tercer grupo –las tipo EPI, entre las que se encuentra las FFP2– están recomendadas solo para personas en contacto con el virus y para grupos vulnerables, siempre bajo prescripción médica”, insiste el departamento de Alberto Garzón, que se suma de esta manera a lo ya defendido por Sanidad.

Un claro mensaje para el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que se ha encontrado también con una oleada de críticas por parte de los colectivos sanitarios, que han censurado la distribución de estas mascarillas ante la falta de equipos de protección para los profesionales de hospitales y centros de salud.

“En el caso de mascarillas tipo FFP2, es necesario que el usuario sea consciente de que este tipo de EPI puede dificultar la respiración más que las mascarillas higiénicas o quirúrgicas, por lo que personal no especializado puede tender a tocarlas y recolocarlas continuamente, con el consiguiente riesgo de contaminación”, destaca Consumo. “Por otro lado”, continúa, “al ser material principalmente destinado a profesionales, puede generar una falsa sensación de seguridad, que relaje el mantenimiento del resto de medidas de seguridad y prevención de imprescindible cumplimiento, como son la distancia física y el lavado de manos”.

A esto hay que añadir que “también se debe tener en cuenta que las personas que realizan actividades físicas o algunas personas con dificultades respiratorias pueden no tolerar su uso”. De ahí que “su utilización social, por quienes no son profesionales, debe realizarse con prescripción médica”, insiste este Ministerio.

Tras esto, Consumo también recuerda que es “imprescindible” que todas las mascarillas contengan una etiqueta con la información obligatoria según la legislación aplicable. “Esto incluye los datos relativos a su reutilización y, si procede, los usos permitidos y número de lavados que pueden hacerse sin que el producto se resienta, así como método de lavado de la mascarilla”.

“En el caso de las mascarillas etiquetadas con la norma europea para equipos de protección individual, el etiquetado del embalaje debe contener datos del fabricante, clase de protección (FFP1, FFP2 o FFP3), la frase ‘véase la información suministrada por el fabricante’, la indicación R o NR en caso de que sea reutilizable o no reutilizable, condiciones de almacenamiento, uso, limpieza, mantenimiento y desinfección”, asegura.

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