Podemos, del 15M hasta entrar en el Gobierno

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Podemos, del 15M hasta entrar en el Gobierno

La Constitución es su mejor arma para garantizar los derechos sociales.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias

Podemos nació en 2014 con el objetivo de acabar con el bipartidismo y «asaltar el cielo» del poder, para convertir «la indignación en cambio político». Ahora, casi seis años después, está a punto de conseguir esta última meta de entrar en el Gobierno, aunque lo hace de la mano el PSOE, como socio minoritario. Y para ello, ya ha asumido su perfil más institucional.

El Podemos rebelde, enemigo de «la casta» y que apostaba por abrir el «candado» del «régimen del 78» con un proceso constituyente, entiende ahora la Constitución como su mejor arma para garantizar los derechos sociales y, al PSOE, como su socio necesario para llegar al poder, después de que el ansiado ‘sorpasso’ a los socialistas se haya convertido en un anhelo del pasado.

El líder del partido morado y previsiblemente futuro vicepresidente del posible Gobierno de coalición, Pablo Iglesias, ya reconoció a finales de 2015, antes de sus primeras elecciones generales como candidato a La Moncloa, que aquel «asalto a los cielos» sin consenso que proclamó en la asamblea fundacional de Vistalegre de 2014 debía hacerse «llamando al timbre», como es lo propio «en una democracia».

De hecho, en una carta que remitió a la militancia en noviembre, poco después de conocerse el acuerdo sellado con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, para conformar una coalición, Iglesias ya avisó a las bases de Podemos de que su entrada en el Ejecutivo implicaría asumir «contradicciones» y les llevaría a «ceder en muchas cosas». También destacó, eso sí, que gracias a este pacto van a empezar a cumplir ese objetivo con el que nacieron: «mejorar la vida de la gente desde el Gobierno».

Podemos ha estrenado este nuevo perfil institucional en su reacción al discurso de Nochebuena del Felipe VI. Lejos de criticar las palabras del monarca y cuestionar su legitimidad, como la formación ha hecho en reiteradas ocasiones, esta vez el partido morado destacó que el Rey había moderado su tono y demostrado un «mejor olfato» político ante el nuevo escenario que vive el país.

DISCRECIÓN ABSOLUTA DESDE HACE SEMANAS

Además, Iglesias y el resto de dirigentes mantienen desde hace semanas un calculado silencio para garantizar el buen desarrollo de las negociaciones que están llevando a cabo con el PSOE con absoluta discreción para formar Gobierno. La última vez que el líder de Podemos habló en público fue el 11 de diciembre, tras su reunión con el Rey dentro de la ronda de consultas para designar candidato a la investidura.

Desde entonces, Iglesias se ha limitado a tuitear sobre diferentes cuestiones que no tienen que ver con la posible investidura ni las negociaciones con el PSOE o con el resto de actores, como ERC.

Su tuit más político en esta red social fue el pasado 19 de diciembre para comentar la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre el líder de ERC, Oriol Junqueras, aunque ni siquiera hizo una mención explícita ni al citado auto ni al político catalán preso.

«La apuesta por la judicialización del conflicto político en Catalunya ha alejado un escenario de resolución y ha deteriorado la imagen de nuestra Justicia. Ahora toca una nueva etapa de diálogo e inteligencia política para caminar hacia la reconciliación que necesita nuestro país», afirmó.

UNA VICEPRESIDENCIA Y CUATRO MINISTERIOS

Podemos se ha tomado muy en serio su papel de socio de Gobierno, en el que, si se cumplen las previsiones, estarán presentes con una Vicepresidencia de carácter social a cargo de Iglesias, de la que dependerán cuatro Ministerios que se repartirán con sus socios de coalición de Unidas Podemos –los catalanes de En Comú, IU y Galicia en Común–.

De momento está claro, salvo sorpresa, que la actual portavoz parlamentaria y ‘número dos’ del partido, Irene Montero, se pondrá al frente del Ministerio de Igualdad, y que la diputada de Galicia en Común Yolanda Díaz, asumirá la cartera de Trabajo.

Como nueva ministra de Universidades suena la que fuera candidata de En Comú al Senado por Barcelona Rosa Lluch, hija del ministro asesinado por ETA Ernest Lluch, o el eurodiputado de los comunes Ernest Urtasun, según han informado a Europa Press fuentes conocedoras de las negociaciones. El cuarto Ministerio recaería en el líder de IU, Alberto Garzón, y su cometido tendría que ver con economía social.

REORGANIZACIÓN INTERNA DE PODEMOS

La entrada de Podemos en el Gobierno obligará además al partido a reorganizarse, tanto a nivel interno como parlamentario, ya que algunos de sus principales dirigentes pasarán a formar parte del Ejecutivo y deberán dejar de desarrollar sus actuales responsabilidades, como es el caso de la portavoz Montero.

Podemos está esperando a que se confirme la coalición para efectuar estos cambios, pero es previsible que sean la actual portavoz de la Ejecutiva, Noelia Vera, y el secretario de Acción de Gobierno, Pablo Echenique, quienes se encarguen de liderar el grupo parlamentario a partir de ahora.

En cuanto al partido, el peso de la gestión diaria recaerá en figuras como el secretario de Organización, Alberto Rodríguez; el de Comunicación, Juan Manuel del Olmo; la de Participación y Círculos, Ana Marcello; o el de Sociedad Civil, Rafa Mayoral, que además es el más veteranos en la cúpula ‘morada’ –es el único, además de Iglesias, que ya formó parte de la primera Ejecutiva tras la Asamblea fundacional de Vistalegre de 2014–.

Todos ellos tendrán como tarea, tal y como apuntó Iglesias en su carta de noviembre a la militancia, «fortalecer» la organización y los llamados círculos, que son las agrupaciones de base de las que se nutrió Podemos en sus inicios y que a día de hoy han quedado bastante desdibujadas, tras tener que afrontar más de diez citas electorales en apenas seis años.

También trabajarán para mantener vivo ese carácter rebelde e inconformista del Podemos de 2014, que Iglesias y Montero deberán aparcar, al menos en parte, con su entrada en el Consejo de Ministros para garantizar el buen funcionamiento y la coherencia del Ejecutivo liderado por Sánchez.

Ya lo avisó la propia Montero hace tres años en la segunda asamblea de Vistalegre: «No nos puede gustar más la moqueta que el asfalto. No nos pueden gustar más los despachos que los descansillos de las casas en las que se desahucia a la gente. No nos puede gustar más la tele que estar codo a codo con las gentes de este país».

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