Cœuré abre la puerta a saltarse a la banca y permitir a los ciudadanos abrir una cuenta en el BCE

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Cœuré abre la puerta a saltarse a la banca y permitir a los ciudadanos abrir una cuenta en el BCE

Saltarse la intermediación bancaria y aplicar los tipos de interés directamente a los ciudadanos “sería más efectivo y ágil para estimular la demanda y la inflación”.

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Benoît Cœuré, miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), ha abierto la puerta a extender el número de herramientas a disposición del organismo, lo que en última instancia llevaría a permitir que los ciudadanos tuvieran una cuenta en el BCE, saltando por encima de la banca y los intermediarios financieros.

“Si la transmisión a través de los mercados financieros y los bancos choca contra un muro, entonces los bancos centrales tienen la opción obvia de considerar extender las contrapartes a través de las que implementan su política monetaria”, ha indicado el francés en un discurso pronunciado este miércoles en Fráncfort.

En concreto, Cœuré ha explicado que la clave en la discusión de si los bancos centrales deberían crear una divisa digital subyace en si deberían permitir al público general acceder a sus balance, es decir, abrirse una cuenta directamente en el banco central.

Ha reconocido que este tipo de decisión entraña “desafíos políticos”, en relación a la estabilidad financiera y al futuro de la intermediación crediticia. “Pero si asumimos que estos desafíos pueden ser superados, hay muy pocas razones por las cuales los bancos centrales, dentro de sus mandatos, no deberían aplicar los mismos instrumentos a las cuentas de individuos privados que los que ya aplican a los bancos, es decir, aplicar tipos de interés”, ha planteado Cœuré.

Saltarse la intermediación bancaria y aplicar los tipos de interés directamente a los ciudadanos “sería más efectivo y ágil para estimular la demanda y la inflación, y tendría menos efectos negativos”, ha apostillado el francés, tras explicar que, en última instancia, el BCE tendría que valorar los costes frente a los beneficios de esta medida, “tal y como hemos hecho para otras medidas de política monetaria no convencionales”.

“Tendríamos que evitar restringir nuestra caja de herramientas por motivos dogmáticos o por conveniencia intelectual (…). Si la política monetaria permanece como una conversación entre bancos centrales y mercados financieros, no nos debería sorprender que la gente no confíe en nosotros”, ha remachado.

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