La banca europea ‘limpia’ más de medio billón de euros en activos tóxicos de sus balances

Morosidad

La banca europea ‘limpia’ más de medio billón de euros en activos tóxicos de sus balances

En los últimos cuatro años los bancos europeos han recortado a la mitad su tasa de morosidad, según los cálculos de la EBA.

EBA

Los bancos europeos han logrado reducir prácticamente a la mitad sus activos tóxicos en los últimos cuatro años, según pone de relieve un informe publicado hoy –‘EBA report on NPLs: Progress made and challenges ahead’– por la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés), que señala que la tasa de morosidad es la más baja desde que se introdujo una definición común para el término.

En concreto, el total de préstamos morosos (NPLs) disminuyó de más de 1,15 billones de euros en junio de 2015 (6% como porcentaje del total de préstamos) a 636.000 millones de euros a junio de 2019, lo que supone una reducción de 514.000 millones de euros. De este modo, la tasa de morosidad descendió hasta el 3%, la más baja desde que la EBA introdujo una definición armonizada de morosidad para todos los países europeos, señala la institución que preside el español José Manuel Campa. La tasa de cobertura media se incrementó ligeramente del 43,6% al 44,9% durante el mismo periodo.

El Informe identifica tres pilares que determinaron la reducción general de la morosidad: por un lado, la “atención supervisora y la determinación política” de abordar el problema de la morosidad de manera eficaz, y por el otro “los esfuerzos de los bancos por mejorar su capacidad de gestión” de estos activos improductivos. A ello se unió, según la EBA, “el crecimiento económico, los bajos tipos de interés y la disminución del desempleo”.

Asimismo, los países con altos índices de morosidad fueron los que lideraron el proceso de reducción del riesgo de los balances de las entidades de crédito, principalmente a través de “ventas o titulizaciones en el mercado secundario”. De acuerdo con la EBA, en los últimos años, “el foco principal de estos mercados ha estado en países como Italia, España e Irlanda”, aunque “durante el año pasado también hubo transacciones significativas en Grecia y Chipre, mientras que los bancos portugueses han anunciado nuevas ventas de préstamos dudosos que deberían tener lugar durante el segundo semestre de este año”.

Los datos muestran que las ventas de dudosos anunciadas y completadas en 2018 en los Estados miembros de la UE representaron aproximadamente 200.000 millones de euros en valor bruto en libros, por encima de los 156.000 millones en 2017 y de los 112.000 en 2016. No obstante, “la actividad durante 2019 parece haberse desacelerado en comparación con años anteriores, lo que sugiere que las ventas de NPL podrían haber alcanzado su punto máximo en 2018”.

A pesar de la significativa mejora, la dispersión de los índices de morosidad entre países sigue siendo amplia. A junio de 2019, Grecia registraba la tasa de morosidad más alta (39,2%), seguida de Chipre (21,5%), mientras que otros cinco países tenían una tasa de morosidad superior al 5%. En España, la tasa sería del 3,4%, con una cifra de NPLs de 84.000 millones de euros, según los cálculos de la EBA.

La institución avisa además de que los países con altas tasas de morosidad tienen una mayor participación en activos en mora durante más de un año. “Estos tipos de dudosos más antiguos son más difíciles de subsanar, están considerablemente devaluados y suponen un riesgo significativo para los bancos que tienen una mayor proporción de activos en sus balances”.

“Las diferencias en la rapidez de los procedimientos de recuperación”, debidas también a “la menor eficiencia de los marcos jurídicos y a la debilidad de los mercados secundarios” para los préstamos dudosos, siguen siendo “los obstáculos más importantes” para acelerar la salida de los activos tóxicos, señala la EBA, que considera que “a la luz del debilitamiento de las condiciones económicas, todas las entidades de crédito deberían vigilar de cerca la calidad de los activos para identificar cualquier posible deterioro, especialmente en los segmentos de mayor riesgo, y seguir gestionando activamente los saldos dudosos en sus balances”.

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