¿Competitividad o salud? Polémica por el decreto que amplía la exposición laboral a sustancias cancerígenas

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¿Competitividad o salud? Polémica por el decreto que amplía la exposición laboral a sustancias cancerígenas

La Confederación Europea de Sindicatos (CES) pide Gobierno español que no sacrifique la salud de los trabajadores en aras de la competitividad.

Trabajador euros

El proyecto de Real Decreto que ha presentado el Gobierno para modificar la directiva de agentes cancerígenos y mutágenos ha provocado una verdadera tormenta en CCOO y UGT. Los sindicatos denuncian que la norma duplica e incluso triplica los valores límites vigentes de exposición en el trabajo a tres sustancias cancerígenas, lo que consideran “supone un retroceso de al menos dos décadas en el nivel de protección frente a estas sustancias”. A su preocupación se ha unido desde Bruselas la Confederación Europea de Sindicatos (CEE), que pide al gobierno español que no sacrifique la salud de los trabajadores en aras de la competitividad y beneficios empresariales, instándole a retirar su propuesta.

La causa del rechazo de los sindicatos a la normativa que propone el Gobierno en funciones, es que es más permisiva que la actual respecto a la exposición de tres sustancias consideradas cancerígenas: sílice cristalina, el bromoetileno y acrilamida, tres sustancias para las que ya hay establecidos en España unos valores límites obligatorios que son más restrictivos a los que ahora propone el Gobierno.

Las sustancias cancerígenas para las cuales el Gobierno en funciones propone aumentar los límites de exposición son la sílice cristalina, la acrilamida y el bromoetileno.

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Por estos motivos, CCOO y UGT reclaman que se revisen los valores límites de las sustancias cancerígenas antes de la aprobación del nuevo Real Decreto” y que “en ningún caso se incrementen”, y exigen que la trasposición respete los valores límites vigentes en España en los casos que son inferiores a los propuestos en la directiva”.

“Sacrificio inaceptable”

En un comunicado distribuída ayer en Bruselas, Per Hilmersson, secretario adjunto de la Confederación Europea de Sindicato (CES), señalaba que “sacrificar la salud de los trabajadores en el altar de la competitividad es inaceptable. Es inconcebible subsidiar a las empresas permitiéndoles aumentar la exposición de los trabajadores a sustancias cancerígenas y trasladar los gastos por atención médica y otros costes a las familias y la sociedad “. Y aclaraba que “las directivas de la UE sobre salud y seguridad en el trabajo solo definen estándares mínimos. Los Estados miembros deben mantener o aumentar los niveles de protección para los trabajadores, no reducir las normas al mínimo de la UE”.

La organización que representa al movimiento sindical europeo recuerda en su nota que para la sílice cristalina el valor límite de exposición ocupacional en España es de 0,05 mg/m³ y que l proyecto de Real Decreto para transponer la Directiva de la UE permite el doble de exposición (0,1 mg/m³).

Y se recuerda que “la literatura científica muestra que hay una tasa de mortalidad significativa a este nivel de exposición a la sílice cristalina, por silicosis o cáncer de pulmón”. Además, avisan desde la CES que la acrilamida, para la que el gobierno español tiene la intención de triplicar el nivel máximo de exposición, causa cáncer de páncreas, Mientras que para el bromoetileno, que causa cáncer de hígado, el Ejecutivo permitiría duplicar el umbral de exposición.

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