Ahorrar en la cocina, tu mejor aliado en la economía familiar

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Ahorrar en la cocina, tu mejor aliado en la economía familiar

Cuantas menos veces vayamos al supermercado, más improbable resultará dejarnos embelesar por los reclamos que usan los comercios.

Cocinando

El gasto total de las familias españolas durante el año 2018 fue de 556.433 millones de euros. De esa cuantía, 78.671 millones (un 14,14% del presupuesto familiar total) van al consumo de comida y de bebidas no alcohólicas. Reducir al mínimo los gastos superfluos en la cocina ya sea en la alimentación o en otras partidas de la actividad culinaria, es una de las principales vías por las que un hogar puede ahorrar.

Planificar la compra en base a un menú semanal

Cuantas menos veces vayamos al supermercado, más improbable resultará dejarnos embelesar por aquellos reclamos que usan los comercios para llevarnos a comprar cosas que realmente no necesitamos. Ir a la compra una vez a la semana en lugar de hacerlo casi a diario supone un buen punto de partida. Al mismo tiempo, si vamos al supermercado es mejor hacerlo con una planificación hecha en base a un menú semanal. De esta forma, iremos a las tiendas con las ideas claras, veremos qué ofertas nos interesa aprovechar y nos será más fácil ignorar otros productos que no necesitamos consumir.

Fíjese en la fecha de caducidad de los productos

Una de las causas principales de desperdicio de comida es que los alimentos caduquen y no poder consumirlos. Estar atentos a cuando se pasa de fecha lo que tenemos en la nevera es muy importante, pero también lo es elegir los productos que caduquen más tarde a la hora de hacer la compra. En las tiendas, la disposición de los productos en los estantes ni mucho menos es azarosa, aquellos artículos a los que se les quiere dar salida antes por diversas razones (una de ellas puede ser porque están próximos a caducar) se colocan en primera fila, visibles y accesibles. En cuanto a caducidad, buscar en el fondo de las estanterías de los comercios muchas veces es lo más recomendable.

Evitar tirar comida que se pueda aprovechar

En los últimos tiempos se ha puesto de moda un concepto novedoso para referirse a una práctica que se lleva haciendo desde hace varios años. Se trata de la cocina de aprovechamiento. Esta corriente culinaria se basa en coger las sobras de alimentos que ya hemos utilizado y con ellas preparar otras recetas. Conocidas son por todos las croquetas que se pueden hacer cuando sobra la carne de un cocido o de otro plato. En ese sentido, podemos utilizar el pan duro para hacer pan rallado, o los restos crudos de verduras, los huesos de pollo o las raspas de pescado para hacer caldo. Pero eso es sólo la punta del iceberg. Dentro la cocina de aprovechamiento hay innumerables ideas creativas y recetas sabrosas a partir de los ingredientes más insospechados. Iniciarse en este mundo sale muy a cuenta para el presupuesto familiar.

Hacer buen uso de los electrodomésticos

En la cocina, no todo ahorro está sujeto a los propios alimentos. La cocina es la zona de la casa donde se produce mayor gasto energético. En ese sentido, el frigorífico es el electrodoméstico que tiene un mayor consumo. No tiene sentido poner nuestra nevera a temperaturas inferiores a una banda entre 1ºC y 5ºC. Si se quiere poner algún alimento por debajo de esa temperatura con tenerlo un tiempo suficiente en el congelador, vale. Cuando abrimos la nevera se pierde el 7% de la energía y el frigorífico, así que es preferible hacerlo sabiendo lo que se quiere coger y no detenernos demasiado tiempo eligiendo con la puerta abierta.

Vitrocerámica y horno también pueden ser el origen de un derroche de energía. En ese sentido, velar por un uso inteligente nos ayudará a ahorrar mucho dinero al cabo del año. En el caso de los fogones, es importante ajustar la temperatura a lo que realmente necesitamos: si algo puede cocer a fuego medio, ¿por qué ponerlo a tope? Las ollas rápidas y a presión son estupendas aliadas para el ahorro de electricidad, ya que permiten que los alimentos se cocinen con menos potencia de calor y en mucho menos tiempo. Planificarnos a la hora de usar el horno también nos puede ayudar, sea cocinando a la vez varios platos, concatenando asados para evitar tener que volver a precalentarlo o utilizando el calor residual para descongelar.

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