Recado al G20

Criptomonedas

Recado al G20

Los estados deben reconocer el necesario manejo integral de la tarea de regular apropiadamente la criptoeconomía.

G20

Voy a referirme al tema regulación -o mejor, deontología- de las criptomonedas (y algo más), en su relación con las reuniones de este año del G20, las cuales finalizan esta semana en Buenos Aires.

Lo primero, es que lo planteado no es un asunto solo del GAFI, el FSB o Basilea III. Tampoco que lo planteado es un tema solo de regulación. Y, menos, solo atinente al Bitcoin, o a las criptomonedas en general.

Es, antes que nada, tema de estados -el G20 es una organización de estados- y lo que procede es un manejo deontológico, para un ecosistema que crece, se complejiza y genera efectos positivos diversos, en y más allá de la criptoeconomía.

Los estados -no unas tecnocracias cargadas de prejuicios- deben reconocer el necesario manejo integral de la tarea de regular apropiadamente ese gran ecosistema, en el sentido de planteársela como el desarrollo y puesta a punto de la deontología apropiada al reto que plantean la Criptoeconomía, la Fintech y el revolucionario y promisorio mundo de las nuevas finanzas.

Creemos y hemos propuesto en redes -para socializar el necesario debate-, que toca al G20 -estados y sus instituciones, y no unos grupos de perfil técnico puntual, prejuiciados, por lo demás- dar este año el pistoletazo para el inicio formal de un plan integral proactivo y colaborativo de cara a la tarea mencionada.

Hemos bosquejado ese plan. Y concentrémonos ahí, en los que consideramos los principales atributos del cometido conveniente: a) que sea ahora (que arranque este año, como proceso intencional estructurado, informado a todos); b) que el pivote del proceso sea global (se puede y se debe incorporar los órganos arriba mencionados; pero, también agencias especializadas de la ONU y no gubernamentales, como el Foro Económico Mundial, etc.)

Seguimos: c) que el proceso sea ampliamente colaborativo y con incentivos múltiples (debería haber un «grupo de dirección y tareas» que asuma las relaciones con todo el sistema a establecer); d) que ello parta de reconocimiento y manejo de un proceso multiniveles, que va de lo global a lo estatal (como en el caso de cada estado en USA, pasando por la acción de bloques -como la Unión Europea- y naciones); e) que incluya las diversas vías organizativas, experimentales, etc., conocidas, algunas de las cuales hemos mencionado en nuestros artículos.

Finalmente, f) que tome en cuenta realidades como la delegación de atribuciones a formas organizativas, al modo japonés, según el cual el Estado delegó competencias a la SRO (Self Regulation Organization) nacional.

Cierta polémica menor y con poco sentido sobre si regular ahora o regular después mantiene un limbo para la necesaria decisión de acometer la tarea, más compleja de lo que parece, de la decisión de regular; o, mejor, establecer una deontología de la Criptoeconomía y su entorno más inmediato. Eso debe ser superado.

En nuestros cerca de veinte artículos en esta «Tribuna», este es el cuarto en el cual nos ocupamos del tema («Deontología de la Criptoeconomía», «Estabilidad Financiera Global», Metáfora ÉPELR y el que ahora leen). Sugerimos su consideración. Y nos ponemos a la orden.

***Santiago J. Guevara G., es economista venezolano, experto en Prospectiva, Estrategia y Gestión. Profesor universitario jubilado. Ejerce la Coordinación Adjunta de la Materia Interescuelas de FACES-UC (Universidad de Carabobo) en «Gerencia y Finanzas de Criptomonedas y Criptoactivos». Es líder promotor del «Grupo de Deontología de la Criptoeconomía», basado en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo e impulsa otras esferas del campo y relacionados

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