Aviso de Wall Street: el éxito del nuevo plan de Deutsche Bank queda en manos de Lagarde

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Aviso de Wall Street: el éxito del nuevo plan de Deutsche Bank queda en manos de Lagarde

La estrategia del banco queda “en manos de los reguladores”, señalan los analistas de Bank of America Merrill Lynch en un informe.

Deutsche Bank

Deutsche Bank presentó el pasado fin de semana un ambicioso plan de reestructuración que supondrá la salida de 18.000 empleados y con el que espera impulsar su rentabilidad, todo ello sin tener que recurrir a una ampliación de capital que volvería a ser dilutiva para unos accionistas que han sufrido mucho en los últimos años. Sin embargo, los analistas de Wall Street avisan de que buena parte del éxito del plan depende de la manga ancha que el Banco Central Europeo (BCE) –a partir de noviembre bajo la presidencia de Chrsitine Lagarde– decida otorgar al gigante bancario alemán.

“Se trata de un plan ambicioso, con mayores recortes de costes y un RoTE (8%) más elevado de lo previsto”, señalan Andrew Stimpson y Alastair Ryan, analistas de Bank of America Merrill Lynch, en un informe para analizar este plan. “Los elementos de capital fueron anticipados en gran medida por el mercado, pero en nuestra opinión dejan la estrategia del banco en manos de los reguladores. Sin una reducción de los requisitos de capital o sin que el BCE acepte permitir que los RWA [activos ponderados por riesgo] se reduzcan más rápidamente, Deutsche Bank puede tener poco capital para desplegarse en los negocios múltiples más altos en los que desea crecer”.

El gigante bancario alemán tiene la intención de recortar los activos ponderados por riesgo mediante la creación de una nueva Unidad de Liberación de Capital (Capital Release Unit), una especie de ‘banco malo’ que se encargará de gestionar la reducción “eficiente” de los relacionados con las actividades que abandonará el banco, especialmente derivados. A cierre de diciembre de 2018, estos RWA representaban 74.000 millones de euros.

Esta nueva unidad albergará más del 40% de los RWA operativos del grupo, señalan los expertos de BofA Merrill Lynch, que añaden que “si todo esto puede reducirse para el año 2022 es discutible desde nuestro punto de vista, dadas las dificultades que han tenido otros bancos para liberar este elemento de los requisitos de capital”.

Para estos analistas, sí es “más plausible” una menor necesidad de capital tras la reestructuración, aunque en este caso “el calendario será crucial”. “Quedan muchas otras cuestiones por resolver: los costes de salida de las ventas de activos aún no se han discutido, como tampoco Basilea IV. 2022 está muy lejos y nos interesa ver la trayectoria de estos objetivos y cuánto tiempo Deutsche Bank estará por debajo del 13% CET1 o con bajos beneficios reportados”.

En cuanto a la reducción de costes, los expertos del banco estadounidense también siembran dudas. “Deutsche Bank alcanzó el objetivo de reducción de costes en 2018 y hay que reconocerlo”, señalan. Sin embargo, este plan es “significativamente más ambicioso” que el que el banco intentó el año pasado. “Incluso con 18.000 puestos de trabajo menos, la reducción de costes en casi 6.000 millones de euros desde el nivel de 2018 hasta los 17.000 millones de euros es considerable. Implica un ahorro del coste medio de 0,33 millones de euros por cabeza, frente a los 0,25 millones de euros por cabeza que el banco comunicó en 2018”.

Los expertos de otro banco de inversión de Wall Street, Citi, también califican de “optimistas” los objetivos planteados por el plan de reestructuración. “En un anuncio bien telegrafiado, después de dos semanas de titulares en los medios de comunicación, el Deutsche Bank ha confirmado una reestructuración significativa”, señalan los analistas de esta entidad en una nota. “Los gastos de reestructuración, que ascienden a 7.400 millones de euros (c12% de los fondos propios tangibles), son más elevados de lo previsto, pero se extienden a lo largo de cuatro años. La administración tiene la intención de financiarlo con los recursos existentes, por lo que no se recaudará capital. Esto puede ser optimista”.

Según los planes conocidos, Deutsche Bank se fijará ahora como objetivo una ratio de máxima calidad CET1 del 12,5% y un coeficiente de apalancamiento del 4,5% para 2020 y del 5% para 2022. A finales de marzo, la ratio CET1 se situaba en el 13,7%.

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