El fabricante alemán de automóviles deportivos Porsche pudo vender el año pasado una cantidad significativamente mayor de sus caros modelos de gama alta y, de este modo, volver a generar más beneficios a pesar del aumento de los gastos, indican las cifras anuales dadas a conocer hoy en Stuttgart.
Los beneficios netos de 2018 se situaron en torno a los 3.100 millones de euros (3.500 millones de dólares), unos 100 millones de euros o un tres por ciento más que el año anterior, detalló la automotriz.
A pesar del alto nivel de inversión en la producción de coches eléctricos, Porsche no sólo pudo vender más coches en general, sino sobre todo más de sus caros modelos de gama alta como el 911 o el Panamera.
Las ventas se incrementaron en casi un diez por ciento, hasta casi 25.800 millones de euros. Porsche entregó un total de 256.000 vehículos el año pasado, un cuatro por ciento más que en 2017.
Sin embargo, el rendimiento -la relación entre el beneficio de explotación y las ventas- fue inferior al de años anteriores y se ubicó en el 16,6 por ciento. El presidente ejecutivo de Porsche, Oliver Blume, fijó un objetivo de al menos el 15 por ciento que aspira a mantener este año.
