Tecnológicas, textiles, automovilísticas… la avalancha de ‘profit warning’ que parece no tener fin

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Tecnológicas, textiles, automovilísticas… la avalancha de ‘profit warning’ que parece no tener fin

Cada vez más compañías de todo el mundo se ven obligadas a ajustar sus previsiones de beneficios al nuevo escenario.

Cadena de montaje

La desaceleración económica mundial es uno de los grandes temores del mercado, al alimón con la guerra comercial y la incertidumbre política en Europa. Pero más allá de las advertencias que cada cierto tiempo realizan instituciones como el Banco Mundial, la OCDE o el FMI, esta desaceleración comienza a hacerse palpable en los beneficios de las grandes multinacionales. Cada vez más automovilísticas, aerolíneas, cadenas minoristas o tecnológicas de todo el mundo se ven obligadas a ajustar sus previsiones de beneficios al nuevo escenario.

El último caso ha sido el del gigante coreano Samsung, que ayer mismo avisó de que espera que su beneficio operativo caiga un 28,7% en el último trimestre del año, hasta unos 10,8 billones de wones, unos 8.411 millones de euros o 9.655 millones de dólares al cambio actual. Se proyecta que las ventas lleguen a 59 billones de wones, un 10,6% menos que en el mismo período del ejercicio pasado.

Según publicó Financial Times, el gigante de la electrónica coreano culpa a los problemas en China y a la guerra comercial, que han tenido como resultado una menos demanda de chips y de teléfonos inteligentes.

Samsung sigue así los pasos de Apple, que a principio de año lanzó también un ‘profit warning’ tras la mala evolución de las ventas del iPhone, especialmente en China. En una carta del consejero delegado, Tim Cook, a los inversores, la compañía avisaba de que en su primer trimestre fiscal de 2019 (finalizado el 29 de diciembre) alcanzará unos ingresos de 84.000 millones de dólares, un recorte significativo respecto a la anterior previsión, que se movía en una horquilla de entre 89.000 y 93.000 millones.

La noticia provocó un desplome de las acciones de Apple, que en una sola jornada se dejó unos 73.800 millones de dólares en Bolsa.

Pero la preocupación está lejos de estar acotada en el sector electrónico. Muy sonado fue también el avisó que a finales del año pasado lanzó la minorista británica Asos. La compañía redujo sus perspectivas de crecimiento de ventas para el año a un 15%, frente a unas expectativas anteriores de un rango de entre el 30% y el 25%. Además, el objetivo de aumento del Ebitda para el año se recortó de un 4% a un 2%.

El valor perdía de un plumazo 1.400 millones de libras de capitalización bursátil en la Bolsa de Londres, y arrastraba al terreno negativo a rivales como la española Inditex o la sueca H&M.

En general, en Europa ha habido una auténtica epidemia de ‘profit warning’ en los últimos meses. En el potente sector automovilístico alemán BMW, Daimler o Porsche han recortado previsiones, muy afectados por la nueva legislación sobre emisiones, el desplome de las ventas de diésel y la guerra de aranceles impuesta por Trump. Mención especial para el fabricante de Mercedes, que lo tuvo que hacer en dos ocasiones durante 2018, en buena parte debido a “un aumento de los gastos calculados en relación con los procesos en marcha y las medidas que se va a aplicar en determinadas regiones respecto a los vehículos diésel”.

“Las ganancias consolidadas antes de impuestos de 2018 estarán moderadamente más bajas de lo esperado”, se limitó a señalar BMW en un comunicado a finales de septiembre, mientras que Porsche redujo en unos 900 millones su previsión de ganancias para 2018.

Muy ligado al sector automovilístico, el fabricante de neumáticos Continental también recortó el año pasado hasta en dos ocasiones sus previsiones de ganancias. En la segunda, en agosto, recortó en unos 1.000 millones sus previsiones de ventas hasta unos 46.000 millones de euros, y la respuesta de los mercados fue que la compañía viviese su peor jornada bursátil desde 2009, con un desplome de un 13%.

En el terreno de la industria siderúrgica se ha dado el caso de Thyssenkrupp, que en noviembre anunció que en el año ganaría unos 100 millones de euros, frente a la anterior previsión de que sus ganancias serían “significativamente mejores” que los 271 millones ganados en 2017.

Otra compañía alemana que ha avisado a sus accionistas de que había sido demasiado optimista es el gigante químico Basf, que a principios de diciembre anunció que su Ebitda bajó en 2018 entre un 15% y un 20% respecto a los 7.600 millones de euros del ejercicio anterior. En sus anteriores estimaciones ya esperaba un recorte, pero de sólo un 10%. También el sector de los productos químicos había plegado velas la holandesa Akzo Nobel un año antes.

De vuelta en EEUU, más reciente ha sido el caso de Delta Airlines, que vivió el pasado día 3 su peor día en Bolsa en siete años tras anunciar que sus ingresos por unidad, los que midan cuánto gana una aerolínea por cada asiento y cada milla de vuelo, subirán un 3%, frente al 3,5% estimado inicialmente. No obstante, el beneficio por acción será mayor de lo esperado inicialmente, en un rango de entre 1,25 y 1,30 dólares.

Muy relacionado con el sector turístico, el turoperador Thomas Cook realizó durante el año pasado hasta tres profit warning. Cuando finalmente presentó sus resultados anuales (hasta el 30 de septiembre), arrojaron unas pérdidas de 163 millones de libras, unos 183 millones de euros al cambio. Es el primer ejercicio en números rojos de la compañía tras tres años consecutivos en beneficios.

Empresas españolas

Las compañías españolas tampoco han escapado de esta tendencia. En octubre Viscofan avisó de que no cumpliría sus proyecciones financieras de 2018 por la ralentización de sus mercados asiáticos. En febrero, el grupo de envolturas cárnicas había dicho que esperaba cerrar el 2018 con un crecimiento del Ebitda de entre un 2% y un 5%, con un beneficio aumentando entre un 2% y un 5%.

En el mismo mes de octubre, Dia, compañía que ha vivido un ejercicio cuanto menos convulso, estima un Ebitda ajustado para 2018 en un rango entre 350 y 400 millones de euros, comparado con 568 millones de euros de 2017.

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