Nueva ‘macrohuelga’ en Ryanair: 400 vuelos cancelados en Europa

Huelga Ryanair

Nueva ‘macrohuelga’ en Ryanair: 400 vuelos cancelados en Europa

Los pilotos de la aerolínea de bajo coste de Alemania, Irlanda, Bélgica y Suecia han convocado un paro para este 10 de agosto que afectará a más de 80 trayectos con España como origen o destino.

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Ryanair afronta este viernes 10 de agosto la mayor huelga de pilotos de su historia y el segundo ‘macroparo’ en menos de un mes. Los pilotos de la aerolínea ‘low cost’ en Alemania, Irlanda, Bélgica y Suecia están llamados a una huelga en plena temporada alta para reclamar mejores salarios y condiciones laborales. La compañía ha cancelado cerca de 400 vuelos en toda Europa de los 2.400 proyectados para la jornada.

El paro fue convocado en un principio en Irlanda, Bélgica y Suecia, ante la poca voluntad de la aerolínea de bajo coste para negociar una subida de los salarios que llevan solicitando más de un año, según denuncian los sindicatos. Tras esta convocatoria, Ryanair canceló 146 vuelos en el Viejo Continente: 104 trayectos con conexión a Bélgica, 22 con conexión a Suecia y 20 en los aeropuertos de Irlanda. De ellos, 24 tienen España como punto de origen o destino.

La decisión del sindicato alemán de pilotos Vereinigung Cockpit de unirse a la huelga ha desencadenado la suspensión de 250 vuelos más. Para los representantes de Ryanair, esta huelga es “innecesaria”, pues defiende que ha enviado una propuesta de negociación revisada al sindicato germano el pasado martes. Así, en total, en toda Europa se han cancelado 396 vuelos, de los que 82 afectan a aeropuertos españoles.

Este nuevo paro llega apenas dos semanas después del convocado los días 25 y 26 de julio por los tripulantes de cabina de Ryanair en España, Portugal, Italia y Bélgica y que conllevó la suspensión de 600 vuelos en varios países europeos.

Se niega a indemnizar a los afectados

Ryanair se niega a indemnizar a los pasajeros que se vieron afectados por las cancelaciones derivadas de la huelga de tripulantes de vuelo finales de julio, pues, según argumenta, la suspensión de los trayectos fue motivada por circunstancias extraordinarias. Sin embargo, según la organización de consumidores OCU los paros convocados “no pueden considerarse causa extraordinaria, ya que su gestación es de dominio público y, por tanto, la compañía debería haber tomado las medidas necesarias para paliar las previsibles molestias a los viajeros”.

Como recuerda, “cuando se cancela un vuelo o se produce un gran retraso, sea o no responsabilidad de la compañía aérea, los usuarios tienen derecho a información, asistencia y a una compensación, que varía en función de la distancia y el destino y que oscila entre los 250 euros y 600 euros por pasajero”, algo que Ryanair no ha cumplido. Por ello, la organización ha decidido poner en marcha una acción judicial contra la aerolínea ‘low cost’.

Por su parte, la plataforma En-Colectivo ha lanzado una web con el objetivo de coordinar una demanda colectiva para reclamar las compensaciones y acabar con la “impunidad” de Ryanair.

Amenazas de despidos

Por otro lado, la compañía que dirige Michael O’Leary ha amenazado con despidos si continúan las huelgas que están “dañando la confianza de los clientes”. En Irlanda, país de donde es originaria la aerolínea, los pilotos han convocado varias huelgas en los últimos meses y el pasado día 25, coincidiendo además con la primera jornada del paro de los tripulantes de cabina en España, Portugal, Italia y Bélgica, Ryanair anunció la reducción de un 20% de su flota en Dublín para este invierno, lo que pondría en peligro hasta 300 empleos.

En un comunicado remitido a la Bolsa de Londres, la compañía irlandesa explicaba que la reducción se debía a que trasladará varios aviones a Polonia, donde experimenta crecimiento, y al descenso de las reservas en Irlanda, que atribuye a los efectos de las huelgas de pilotos en el país.

O’Leary, ya había advertido previamente que podría decidirse la reducción de la flota y de los vuelos en el calendario de invierno en las bases europeas donde los sindicatos convocaran “huelgas innecesarias”, lo que, avisó, provocaría también “pérdidas de puestos de trabajo”.

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