Los líderes de la Unión Europea han acordado hacer un frente común ante las amenazas del presidente de EEUU, Donald Trump, que por un lado pretende penalizar a las empresas de la UE que hagan negocios con Irán y por el otro mantiene su intención de imponer aranceles a las importaciones de determinados productos.
Los 28 líderes del bloque común se reunieron en una cena en Sofía para acordar una posición común frente a la política estadounidense. Por el lado del comercio, hubo un respaldo unánime a la intención de la Comisión Europea de no negociar a menos que EEUU conceda una exención permanente a la UE de los aranceles sobre el acero y el aluminio, según un publica Bloomberg, que cita a un funcionario europeo presente.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, aprovechó la cita para decir a los líderes europeos que la UE continuará luchando por el sistema internacional basado en normas, a pesar de las recientes decisiones de EEUU Sobre el cambio climático, los aranceles y sobre Irán, dijo el funcionario.
El estado de ánimo de Europa está cambiando tras las últimas decisiones de EEUU, especialmente la de retirarse del histórico acuerdo nuclear de Irán, en el que los signatarios restantes – Rusia, China, Francia, Alemania y el Reino Unido, junto con la UE – siguen trabajando.
“Europa debe hacer todo lo que esté en su poder para proteger, a pesar del estado de ánimo actual, el vínculo transatlántico”, señaló Tusk a los periodistas el miércoles en Sofía. “Pero al mismo tiempo debemos estar preparados para escenarios en los que tendremos que actuar por nuestra cuenta”.
Los líderes llegaron a un acuerdo además para que Bruselas esté preparada para discutir las preocupaciones comerciales con EEUU, incluida la profundización de los lazos energéticos y la reforma de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El bloque también discutirá formas compatibles con la OMC para mejorar el acceso recíproco a los mercados de productos industriales, incluidos los automóviles, para evitar una guerra comercial.
En cuanto a Irán, la UE acordó comenzar a trabajar para proteger a las empresas europeas negativamente afectadas por la decisión de EEUU de retirar y volver a imponer sanciones, al tiempo que abordará las preocupaciones sobre el programa de misiles balísticos de Irán y su papel en Oriente Medio. Se teme que la retirada estadounidense eche por tierra los trabajos realizados y de hecho ponga a Irán en el camino de desarrollar armas nucleares.
Las discusiones de la UE sobre cómo mantener vivo el acuerdo -y las relaciones económicas con Irán- se han centrado en: mantener viable la industria del petróleo y el gas de Irán; la creación de vehículos especiales para permitir transacciones entre las regiones; el desarrollo de más contratos entre empresas europeas y sus contrapartes iraníes; y la protección de las empresas europeas que continúan trabajando con Irán.
La UE ha discutido la imposición del llamado ‘bloqueo legislativo’, que protegería a las empresas europeas que hacen negocios con Irán. Esta herramienta, la más poderosa que tienen las instituciones europeas, prohíbe que las compañías del bloque común cumplan con las sanciones de EEUU, y no reconoce los dictámenes judiciales que permitan ejecutar las penalizaciones del país norteamericano.
Nunca se ha utilizado. La última vez que Europa amenazó con utilizar esta medida fue en 1996, y entonces la administración de Bill Clinton aceptó suspender las sanciones destinadas a frenar la inversión extranjera en Cuba, Irán y Libia. En esta ocasión, sin embargo, las acciones propuestas por la UE no garantizan que el acuerdo pueda salvarse, mientras el Departamento del Tesoro de EEUU dice que las compañías con contratos existentes tendrán entre 90 y 180 días para separarse de sus relaciones con Irán antes de ser penalizadas.
