¿Cómo llegan las enfermeras madrileñas al Día Internacional de la Enfermería?

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¿Cómo llegan las enfermeras madrileñas al Día Internacional de la Enfermería?

A pesar de los avances, las profesionales denuncian la sobrecarga asistencial, la precariedad laboral o la invisibilidad que tienen ante los responsables políticos.

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La palabra “reto” puede ser de las más repetidas en este Día Internacional de la Enfermería. O al menos a la hora de valorar cómo llegan las enfermeras madrileñas a este día señalado. A pesar de los grises, el “orgullo” también aparece en la mente de las profesionales. “Tenemos una Enfermería muy buena, pero gracias al trabajo de las enfermeras”, matiza Alda Recas, portavoz de la Asociación Madrileña de Enfermería (AME), a EL BOLETÍN.

Los días internacionales tienen dos objetivos, y con la Enfermería no es menos: celebrar y reivindicar. “Hemos avanzado mucho en el cuidado, somos importantes, por ejemplo, para la cronicidad. Pero hay otros retos abiertos como la conciliación, la sobrecarga, la precariedad laboral o que somos invisibles ante los representantes”, reflexiona Recas.

Y en la Comunidad de Madrid estos problemas que se reproducen por todo el territorio nacional no son menores. Sin ir más lejos, las enfermeras y las auxiliares de Enfermería son el colectivo que más ha sufrido la precariedad laboral en el último año: entre febrero de 2017 se perdieron en la sanidad pública madrileña 886 puestos fijos, de los cuales 398 tenían que ver con enfermeras o con auxiliares de Enfermería.

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Esperando a la OPE

De hecho, el horizonte madrileño apunta a la OPE que se tendrá que celebrar el año que viene. “Estamos todas expectantes con esta OPE”, señala una enfermera de la sanidad madrileña a este medio. “La Enfermería en Madrid está enfocada en la OPE para sacarse una plaza y conseguir así estabilidad”, resume también la portavoz de AME. Pero hay múltiples factores que están alterando este acontecimiento.

Me parece fatal los contatos de mierda que nos hacen de cuatro días, de diez días… Te llaman para tres días y cuando más o menos te haces al sitio, se te acaba el contrato

La incertidumbre institucional en Madrid hace mella desde el estallido del ‘caso Cifuentes’. Algo que no ha pasado desapercibido para el Sindicato de Enfermería que reprocha que las profesionales “desconocen qué temario tienen que estudiar, en qué consistirá la prueba y lo que es peor, aún no han podido presentar la instancia para esa OPE”. Por ello, exigen que la estabilidad se instale de inmediato en la Puerta del Sol.

Momento en el que los contratos eventuales entran en escena. «Me parece fatal los contatos de mierda que nos hacen de cuatro días, de diez días… Es una basura. Te llaman para tres días, que cuando llegas no sabes ni dónde tienes la mano derecha, y cuando más o menos te haces al sitio, se te acaba el contrato. Es muy perjudicial», estalla esta enfermera, que ha pedido preservar su anonimato.

Faltan enfermeras, sobra sobrecarga asistencial

Esa inacción de las élites políticas no se traslada en el día a día laboral en un centro. Es más, sucede todo lo contrario: las prisas y el apenas respirar son protagonistas. “La sobrecarga asistencial pasa en todos los sitios, pero en un centro de gestión privada llevamos más pacientes de los que deberíamos”, apunta esta enfermera en declaraciones a EL BOLETÍN.

Algo que Recas constata al comparar los cambios desde la última vez que se celebró el Día Internacional de la Enfermería en Madrid: “Los ratios siguen siendo los mismos”.

Y es en este punto donde las denuncias de las profesionales han cogido más fuerza a lo largo del año. Las urgencias colapsadas, la falta de personal en las residencias de mayores y en las plantas hospitalarias han calado como una gota malaya en las condiciones laborales. “En las residencias lo mismo hay 400 usuarios para una enfermera durante toda la noche”, señala la portavoz de AME.

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“En nuestro hospital [público de gestión privada] una auxiliar de Enfermería tiene hasta 30 pacientes por la noche. Por la mañana son una para 15. Y, claro, hacer 15 aseos a 15 pacientes no te permite hacerlo todo lo bien que querrías. Yo llevo a 15 pacientes cuando el ratio es de 10 o 12. También, por ejemplo, nos hacen devolver los 30 días de vacaciones a lo largo del año”, relata la profesional.

Incluso esta falta de personal se lleva a casa, tal y como continúa narrando: “Yo me siento mal. Sé que no es mi responsabilidad, pero muchas veces únicamente puedo hacer lo básico (lo que tengo que hacer sí o sí) y no me da tiempo a hacer más. No me da tiempo ni para hablar con la familia de pacientes fallecidos. Eso me molesta bastante”.

Al mismo tiempo, una tercera enfermera que trabaja en otro centro concertado destaca a este digital cómo el salario es un problema que no se puede olvidar: «Cobro hasta un 40% menos que enfermeras que están en un hospital público». Mientras, la atención a pacientes igualmente se dispara: «Muchas veces somos dos para más de veinte personas».

Los oídos sordos de los políticos

Sin embargo, el mayor reto que marca esta enfermera como Alda Recas tiene un destinatario: el responsable político. “Cuentan poco con nuestra opinión: esa sería mi queja para el Día de la Enfermería. Tenemos mucho que decir”, recalca la profesional. “Somos invisibles, no les interesamos hasta año electoral”, contrasta la portavoz de AME.

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Y en Madrid este apunte se multiplica ante el conflicto abierto en el Colegio de Enfermería. “La base, las enfermeras avanzamos, pero los representantes siguen en su corral. Solo sacan la bandera de la Enfermería este día. Sobran. No son los protagonistas”, critica Recas al recordar también que esta institución ignora hasta las recomendaciones democráticas que lanza el Defensor del Pueblo.

Por ello, como concluye la enfermera consultada a EL BOLETÍN, el sentir que palpa con sus compañeras es que los directivos “no cuentan nunca con la opinión de una enfermera ‘rasas’, por lo que muchas veces te dificultan más el trabajo”.

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