Criptodivisas: ¿tulipanes digitales o futuro de los sistemas monetarios?

Especial 26 Aniversario

Criptodivisas: ¿tulipanes digitales o futuro de los sistemas monetarios?

El 2017 ha sido el año del 'boom' de las criptodivisas, que suman una capitalización de mercado superior a los 600.000 millones de dólares. A la cabeza, el bitcoin, que ha experimentado una revalorización del 2.000%.

Criptomonedas

El valor de mercado total de las monedas digitales, con el bitcoin a la cabeza, sobrepasa ya a los 600.000 millones de dólares (más de 500.000 millones de euros), superando a gigantes tecnológicos como Facebook o Amazon. Ante este elevado volumen de capitalización que crece a pasos agigantados, se multiplican las voces que alertan de una burbuja especulativa de magnitud similar a la de la tulipomanía del siglo XVIII, aunque también hay quien las ve como el dinero del futuro.

La primera criptodivisa, el bitcoin, nació en 2009 de la mano de Satoshi Nakamoto, seudónimo tras el que, aún a día de hoy, no se sabe quién o quiénes se esconden. Su sistema, como el del resto de monedas digitales creadas posteriormente, está basado en la tecnología ‘blockchain’, una cadena de bloques en la que todas las transacciones quedan anotadas y que permite que estas sean verificadas por una extensa y descentralizada red de ordenadores, de forma que se impide la modificación de los datos y se aporta seguridad. Estas divisas están descentralizadas, no son respaldadas por ningún gobierno ni dependen de un emisor central.

En los últimos doce mes, el bitcoin, que sigue siendo la criptomoneda más popular pese a que ya existen cerca de un millar, ha pasado de intercambiarse por menos de 1.000 dólares a rozar la barrera de los 20.000 billetes verdes, aunque se ha moderado hasta el entorno de los 17.000.

La escalada de la moneda digital se ha acelerado en el tramo final del año, ante el inicio de la negociación de futuros del bitcoin en el Chicago Board of Trade (la Bolsa de Chicago) y el Chicago Mercantile Exchange (CME), el mayor operador de derivados del mundo. Las expectativas de un ‘efecto llamada’ que provoque que grandes inversores institucionales empiecen a inyectar dinero en la divisa también han actuado de motor.

En menos de dos meses, de principios de octubre a finales de noviembre, el bitcoin duplicó su valor. Y el repunte parece no tener fin: Kay Van-Petersen, de Saxo Bank, piensa en el largo plazo y estima que podrá llegar “fácilmente” a los 100.000 dólares en 2016.

Van-Petersen y otros expertos consideran que en el futuro terminaremos teniendo una criptomoneda (ya sea el bitcoin u otra) como divisa de reserva mundial, mientras que los más críticos destacan el componente especulativo de estos productos y auguran un brusco estallido que haría pequeña la pompa de las ‘puntocom’.

La fiebre por las criptomonedas está obligando a las entidades de Wall Street que marcan el compás de las finanzas a hacer equilibrio entre el interés de sus clientes en especular con estas divisas y el escepticismo de los ejecutivos respecto a su futuro, mientras que los bancos centrales debaten sobre la necesidad de una regulación. El consejero delgado de JPMorgan, Jamie Dimon, es uno de los detractores más acérrimos del bitcoin y el resto de monedas digitales y llegó a asegurar que son un “fraude” peor que el de los tulipanes holandeses, sin embargo, la entidad ya ha empezado a evaluar si ayudar a los clientes a apostar al bitcoin.

Pero la espectacular evolución ha sido superada por otras divisas digitales: el ethereum o ether, la segunda criptomoneda por valor de mercado, empezó el 2017 en los 8 dólares y ya toca los 860 dólares. Acumula una apreciación superior al 10.000% este año.

El ripple, que ha captado la inversión de importantes bancos y es calificada por algunos analistas como la cirptodivisa llamada a cambiar el sistema financiero también ha experimentado una fuerte revalorización este año, aunque se ha visto más afectada por la volatilidad que sus rivales. Su precio ronda actualmente los 1,02 dólares, frente a los 0,0065 dólares por los que se intercambiaba a principios de enero, lo supone una apreciación de en torno al 15.700%.

El litecoin es otra moneda digital que se ha revalorizado un 7.500% en los últimos doce meses, especialmente al final del año, mientras que IOTA ha subido casi un 900%.

Sólo el tiempo dirá si la fiebre por las criptomonedas está hinchando una burbuja que estallará de forma estrepitosa o si detrás de las fuertes apreciaciones subidas hay una base sólida y se convertirán en la moneda del futuro.

Los riesgos de las ICOs

Las ofertas iniciales de monedas, conocidas comúnmente como ICOs, por sus siglas en inglés, son una forma de recaudar fondos para financiar nuevos proyectos basados en ‘blockchain’. Los inversores, en lugar de acciones, reciben ‘tokens’, una recompensa digital.

En la primera mitad del año, se consiguieron levantar mediante estas operaciones 1.100 millones de dólares (925 millones de euros). Famosos como Paris Hilton o Floyd Mayweather han sido seducidos por este dinero digital, pero reguladores y expertos advierten del elevado riesgo.

China prohibió en septiembre las ICOs al considerar que son “esencialmente” una forma de “financiación ilegal no aprobada” que suscita “sospechas de venta ilegal de billetes, emisión ilegal de valores, toma de depósitos ilegal, fraude financiero, comercialización ilegal y actividad delictiva relacionada”. Corea del Sur siguió sus pasos y vetó estas operaciones, mientras que EEUU o Alemania estudian cómo regularlas.

La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) también alerta de su peligro y ha manifestado su “preocupación” por la posibilidad de que las entidades que promueven o participen en las ICOs no estén cumpliendo con la legislación europea relevante al respecto.

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