La ultraderecha alemana evidencia su división tras éxito electoral

Elecciones en Alemania

La ultraderecha alemana evidencia su división tras éxito electoral

Las elecciones del domingo en Alemania confirmaron el regreso de la ultraderecha al Parlamento alemán por primera vez en más de medio siglo.

Frauke Petry, presidenta de Alternativa para Alemania (AfD)

El partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) evidenció la división que reina en sus filas cuando hoy, tan solo un día después del gran éxito cosechado en las elecciones legislativas, su copresidenta Frauke Petry renunció sorpresivamente a entrar en el grupo parlamentario de la formación. «No voy a formar parte de la bancada de AfD en este Bundestag pero pueden estar seguros de que voy a seguir siendo activa políticamente. Mi intención es lograr en 2021 un cambio en este país y voy a hacer todo lo posible para que así sea», explicó Petry. A continuación, abandonó inesperadamente la sala de prensa en la que comparecía ante los periodistas con el resto de líderes del partido.

Las elecciones del domingo en Alemania confirmaron el regreso de la ultraderecha al Parlamento alemán por primera vez en más de medio siglo. La AfD se convirtió en la tercera fuerza política con el 12,6 por ciento de los votos y 94 diputados, detrás de los cristianodemócratas de la canciller, Angela Merkel, (246 diputados) y del Partido Socialdemócrata SPD (153 parlamentarios).

La salida de Petry, la cara más visible de la formación de tintes xenófobos durante los pasados dos años, pone de manifiesto públicamente la existencia de dos facciones enfrentadas en AfD, una encarada por ella y otra por los cabezas de cartel a las elecciones, el ultraconservador Alexander Gauland y la doctora en Economía de perfil liberal Alice Weidel.

«Se debe poder hablar de todo y cuando uno ocupa un cargo de liderazgo debe anticipar su decisión al resto de los miembros. Me habría gustado que Petry hablara personalmente al menos conmigo y con Alexander Gauland y que hubiese buscado un diálogo que desde hace meses no ha tenido lugar», manifestó la cocandidata a las elecciones generales de AfD, Alice Weidel.

«Hemos dado todo para lograr que este partido sea lo que es desde este domingo (…), para que este partido llegase a un 13 por ciento de los votos. Teníamos una idea de la campaña electoral distinta a la de la señora Petry», añadió.

La división del partido se produce en un ambiente de creciente tensión en las filas de la AfD, después de que en las últimas horas, tras el éxito electoral cosechado en las elecciones generales de este domingo, abundasen las críticas a la copresidenta en el seno del partido.

Las diferencias entre los líderes ultraderechistas se palpaban hoy en Berlín desde primera hora de la mañana, cuando minutos antes de la comparecencia conjunta, Weidel y Gauland se reunían en una sala en la que en ningún momento entró Frauke Petry.

La situación, en la que miembros del partido acorralan a su máxima figura recuerda inevitablemente al año 2015, momento en que la AfD comandada por la propia Petry defenestró al líder y cofundador de Alternativa para Alemania, Bernd Lucke, quien ya no pertenece a la formación.

«Queremos ser una clara oposición en el Bundestag (Parlamento). El Bundestag debe volver a ser el lugar en el que resuenen las cuestiones sociales de este país», recalcó el cocandidato a las elecciones generales de AfD, Alexander Gauland, durante su comparecencia ante la prensa hoy en la capital alemana.

«Vamos a esforzarnos para mantener la confianza de los votantes», agregó.

Por su parte, su compañera Alice Weidel señaló que este resultado es un claro mandato de los votantes para que controlen al Gobierno en el Parlamento.

«Vamos a controlar al Gobierno, algo que los últimos cuatro años prácticamente no ha tenido lugar. El mejor ejemplo de ello es la política migratoria», subrayó.

Con un programa electoral centrado en la lucha contra la inmigración, AfD reclama, entre otras cosas, poner fin a la «inmigración masiva desordenada», promover la natalidad para «la subsistencia del pueblo alemán» y que Alemania abandone el euro como moneda común en el continente.

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