Las viviendas inteligentes ya no son para millonarios

Las viviendas inteligentes ya no son para millonarios

Desde 2.000 euros se puede robotizar un piso ganando en comodidad, seguridad y ahorro de energía, además de dar valor añadido al inmueble a la hora de venderlo.

Casa en una mano

¿Se imagina llegar del trabajo dos horas antes de los habitual y a pesar de ello encontrar su casa climatizada, con las persianas bajadas y la iluminación perfecta o controlar los electrodomésticos con el teléfono móvil?. Estas y otras comodidades que antes parecían sueños futuristas y, sobre todo, reservadas a las grandes fortunas, han dejado de ser un lujo para unos pocos y están al alcance de casi todos los bolsillos dado los avances registrados en la domótica.

José Alberto Alejandre, ingeniero y uno de los fundadores del estudio de arquitectura Idearcons, una empresa especializada en viviendas y empresas inteligentes, afirma que actualmente han aumentado las opciones lo que permite dar soluciones personalizadas y económicas, provocando que cada vez haya más hogares automatizados y dotados de instalaciones que hasta hace poco tiempo parecían de ciencia ficción.

Desde dicho estudio esgrimen -para demostrar la cada vez mayor implantación de la domótica en el hogar- los “numerosos estudios que calculan que en 2020, habrá 50 millones de dispositivos que funcionen conectados a Internet y que hablan de que para ese mismo año, la mitad de las casas en países como Estados Unidos estarán total o parcialmente dotadas de sistemas inteligentes”, mientras en Europa el porcentaje se hallará en torno al 31%. Aunque reconocen que la tendencia en España avanzará más lentamente debido a que aún existe en nuestro país una identificación entre la domótica y el lujo, algo que no siempre es cierto. “En nuestro país la domótica es una desconocida, sencillamente porque se sigue considerando un lujo, pero hay opciones adaptadas a todos los gustos y presupuestos. La clave está en saber qué hay en el mercado y en saber comparar”, explican desde la compañía.

Para probar que tener una vivienda inteligente no está reservado a millonarios, Alejandre explica que una domotización básica –que incluiría la automatización de la iluminación, de la climatización y de las persianas- en un piso de 85-90 metros cuadrados puede suponer un importe de entre 2.000 y 3.000 euros, una cantidad que consideran no muy elevada en el caso de una reforma integral. Y hace notar que con esta inversión no sólo se gana en comodidad sino que hacer una mejor utilización de la energía, ahorrando de paso en la factura.

Por unos 600 euros más, según este ingeniero, se puede contar con un sistema de sensores de humo y de inundación, mientras que si la inversión se eleva a 2.000 euros más también se pueden añadir sensores de presencia y cámaras de videovigilancia que pueden servir detectar la presencia de intrusos, evitar robos o vigilar niños o adolescentes en nuestra ausencia.

Alejandre aclara que estas cantidades son cifras aproximadas que dependen de la antigüedad de la casa, una antigüedad del inmueble que es la que realmente va a imponer los límites a la automatización, dado que actualmente con la domótica “casi todo lo que imaginas se puede hacer”. Es posible ver a cada persona que se acerque a nuestra casa a través de una cámara instalada en el dormitorio, implantar sistemas de alerta en caso de producirse escape de agua o programar la reproducción de nuestra canción favorita en el momento de entrar a la casa. También se puede programar la ducha para que el agua salga al instante con la temperatura previamente adaptada, establecer un sistema de apertura de cortinas para despertar con la luz natural o ajustar con un solo clic la intensidad de las luces que queremos en casa en ese momento o incluso instalar luces que por la mañana simulan el amanecer.

“Las posibilidades son infinitas y dependen del presupuesto de cada propietario” resalta el representante de Idearcons, quien que destaca entre las ventajas de estos sistemas inteligentes la de hacer la vida doméstica más cómoda y segura, además del ahorro energético. Haciendo notar que la implantación de dicho sistemas inteligentes también suponen un valor añadido cuando se hace una reforma integral para poner una vivienda en el mercado. “Es un buen reclamo para vender”, concluye.

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