La deuda pública supera el 100% del PIB ¿es tan malo como parece?

Deuda Pública

La deuda pública supera el 100% del PIB ¿es tan malo como parece?

“La deuda pública debe servir para absorber los shocks económicos”, señala Philippe Waechter, economista jefe de Natixis AM.

Billetes de euros

La semana pasada, las cifras publicadas por el Banco de España mostraban que la deuda pública alcanzó un nuevo récord absoluto en julio al alcanzar los 1,138 billones de euros –con lo que se supera de nuevo el 100% del PIB-, y todo parece indicar que se mantendrá en niveles elevados durante unos años. ¿Pero es realmente tan peligroso este alto endeudamiento? Algunos expertos recomiendan mejor poner el foco en hogares y empresas.

“La deuda pública es mala. Este es el tipo de declaración que a menudo vemos en la prensa, pero está equivocada”, reflexiona Philippe Waechter, economista jefe de Natixis AM, en un informe en el que añade que “si vamos a estar preocupados por los niveles excesivos de deuda, debemos preocuparnos más por la deuda del sector privado”. “Es esta deuda privada, y en particular la deuda de los hogares, la que está en la raíz de la crisis de 2007” y diez años después “sigue siendo elevada, sobre todo en Europa, lo que restringe la capacidad de ajuste de los actores del sector privado”.

“El papel principal de la deuda pública es que permite que la riqueza se transfiera a una fecha en el futuro, mientras que restringe el riesgo”, recuerda el experto del banco francés. “Actúa como un activo sin riesgo y desempeña un papel vital en la estabilización del sistema financiero”. “Un activo privado no puede desempeñar el papel de un activo sin riesgo, ya que sólo el Estado tiene poderes para aumentar los impuestos”, apunta en ese sentido.

En segundo lugar, “la deuda pública debe servir para absorber los shocks económicos”, ya que “equilibra el impacto de los shocks en el tiempo y evita que las economías tengan que amortiguarlos completamente de una sola vez”, evitando de este modo “recesiones drásticas y desempleo excesivo”. “El estímulo de 2009/2010 ayudó a frenar el aumento del desempleo y limitó el alcance de la recesión”, considera Waechter.

El argumento utilizado a menudo es que la deuda pública “obstaculizará a ‘nuestros nietos’”, pero para el economista no es “convincente”, sino que, por el contrario, “suaviza la volatilidad del crecimiento, reduciendo así el riesgo de una recesión excesivamente dramática y muy larga”. “La deuda pública japonesa se sitúa en el 240% del PIB, sin embargo, esto no parece ser una fuente importante de preocupación”.

El problema con la deuda pública es que los niveles excesivos “limitan el margen de maniobra sobre la política económica”, reconoce Waechter, que cree que la política económica siempre debe ser capaz de ajustarse a los choques económicos, “y esto explica por qué las políticas de austeridad deben ser implementadas cuando la economía es boyante, no cuando todo sale mal, que es lo que tiende a suceder”.

“La deuda pública tiene el beneficio de extenderse a lo largo del tiempo. ¿Podemos decir lo mismo de la deuda privada cuando es demasiado alta?”, se pregunta el economista jefe de Natixis.

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