La paradoja del “America first” de Trump: sus políticas pueden beneficiar a China

Energía

La paradoja del “America first” de Trump: sus políticas pueden beneficiar a China

El rechazo de Trump a la energía limpia y la dureza de su política exterior podría dar a la potencia asiática cada vez más poder e influencia global.

Donald Trump, presidente de EEUU

“Make America great again”, “America first”. Durante la campaña electoral, Donald Trump recorrió EEUU con un mensaje claro: bajo su mandato, el país recuperaría su esplendor como gran potencia mundial con un proteccionismo económico que mantendría la riqueza nacional dentro de sus fronteras. Sin embargo, sus decisiones políticas, como abandonar el tratado de libre comercio Transpacífico y salir del Acuerdo de París, podrían tener el efecto contrario, según los expertos, y otorgarle a China más poder e influencia.

Entre los motivos argumentados por el presidente norteamericano para poner fin a su compromiso con el tratado contra el cambio climático, están la economía y empleo. Según el mandatario, las obligaciones del acuerdo mermarán la economía del país y provocarán el cierre de multitud de empresas, la caída de los salarios y la destrucción de empleo.

Trump basó sus cifras en un informe elaborado por Nera Economic Consulting, que trabaja con compañías del sector energético. Cifra el impacto del Tratado de París en el PIB en unos tres billones de dólares hasta 2040, con una pérdida de más de dos millones de puestos de trabajo en industrias como la petrolera o la automovilística.

“Fui elegido para gobernar Pittsburgh y no París”, enfatizó al respecto en línea con esa idea de anteponer siempre los intereses de EEUU de su “América primero”.

Pero la gran paradoja es que Trump está dejando vía libre a China, a la que acusa precisamente de inventarse el calentamiento global para hacer que la “industria manufacturera de EEUU no sea competitiva”, para el liderazgo no sólo de las renovables sino de la economía y la influencia mundial.

El país asiático está cerrando centrales térmicas y apostando por las energías limpias,situándose a la cabeza de la inversión con cifras astronómicas. En enero el Gobierno de Xi Jinping anunció una inversión de más 350.000 millones en proyectos renovables para 2020, como parte de ese esfuerzo por ‘apagar’ las plantas de carbón. Su objetivo es que para 2030 las fuentes renovables alcancen el 20% del consumo total de energía del país, con 200 gigavatios de capacidad eólica instalada y 100 gigavatios de energía solar, unas cifras que serían dos veces y media la capacidad instalada actualmente en EEUU.

China se pondrá así al frente del negocio renovable ahora que la industria es rentable y marcará el futuro industrial y económico. Además, ha intensificado los lazos con Europa, al ratificar el tratado de París. “Algunos estaban preocupados porque la retirada del TPP y ahora del acuerdo sobre el cambio climático París puede suponer una retirada estadounidense de liderazgo global”, ha asegurado el primer ministro australiano Malcolm Turnbull, según Bloomberg.

Para el medio económico Marketwatch, Trump acaba de car a China más influencia política con su carpetazo al compromiso por el medio ambiente. El diario estadounidense hace referencia además a la dureza en materia de política exterior que ha adoptado el magnate, en contraposición con el ‘ablandamiento’ del Ejecutivo chino.

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