Odón Elorza, diputado del PSOE por Guipúzcoa

Entrevista

Odón Elorza, diputado del PSOE por Guipúzcoa

Odón Elorza recuerda que “el descenso electoral a los infiernos” del PSOE no llegó con Sánchez, sino Rubalcaba.

Odón Elorza, diputado del PSOE

“El PSOE tiene a veces comportamientos propios de un partido casi feudal”

El diputado del PSOE por Guipúzcoa, Odón Elorza, tiene claro que Pedro Sánchez debe volver a tomar las riendas del partido tras las primarias del próximo 21 de mayo. El exsecretario general tiene que ganar porque “el discurso, la concepción de la democracia y el modo de actuar” de las otras candidaturas en esta carrera -las encabezadas por Susana Díaz y por Patxi López– “no permiten albergar ninguna esperanza de que el PSOE vaya realmente a cambiar y recuperar la credibilidad” perdida.

El que fuera alcalde de San Sebastián durante dos décadas rechaza en una entrevista a ElBoletín.com que la presidenta de Andalucía y el exlehendakari sean capaces de volver a convencer a los millones de votos que la formación del puño y la rosa ha perdido en las últimas elecciones. Unos votantes que han preferido apostar por Pablo Iglesias. “Se han ido a Podemos nuestros hijos, nuestros nietos y parte de militantes maduros”, asegura. Para recuperar el voto perdido y la mencionada credibilidad Elorza defiende que el PSOE debe resituarse “en su espacio natural” que no es otro que la izquierda.

Elorza también se posiciona sobre la polémica desatada por las palabras del ‘número dos’ del partido en el Congreso, Miguel Ángel Heredia, el papel de la gestora o los Presupuestos de 2017. Asimismo recuerda que “el descenso electoral a los infiernos” no llegó con Pedro Sánchez, sino con Alfredo Pérez Rubalcaba.

-¿Por qué cree que Pedro Sánchez debe volver a liderar el PSOE?

En primer lugar, porque tiene una credibilidad, no solo ante la militancia, sino ante una buena parte del electorado progresista en España por haber defendido hasta el final un compromiso con el electorado que consistía en no apoyar en ningún caso la investidura de Rajoy. Esa coherencia le costó el cargo y le obligó también por honestidad a renunciar al acta como diputado.

Además de esa razón de credibilidad y coherencia vuelve con un proyecto político colectivo, con un movimiento plural de gente dentro del PSOE que aspira, no solamente a profundizar la democracia interna, que ha fallado en este 2016, incluso antes ya fallaba, sino con un proyecto que sienta las bases de una nueva socialdemocracia con compromisos claros en política alternativa a la derecha y que es lo que necesita la sociedad.

-Un proyecto cuyo protagonismo tenga la militancia, pero ¿qué papel deben jugar las bases?

Es un proyecto en el que, por un lado, se le concede más protagonismo a las bases. Y no solamente en las consultas ante temas transcendentales, aunque nadie está incurriendo en ningún asamblearismo. En segundo lugar, defendemos un modelo de partido en el que los cargos públicos y orgánicos deben ser elegidos directamente por la militancia, bien en primarias o bien mediante listas abiertas.

Además la militancia tiene que jugar un papel importante en la revitalización de la función de un partido que quiere ser un partido reconocido y reconocible como de izquierda. Un Partido Socialista que tiene que abrirse a la figura de los simpatizantes, que tiene que ampliar el número de sus componentes. Ahora somos 180.000 afiliados, son muy pocos. Esa es una de las claves del proyecto: el papel nuevo de la militancia.

Un papel en el que no creen para nada los otros candidatos. En el fondo lo que leo de sus propuestas y sus discursos es que están por el continuismo, están instalados en un modelo de partido del siglo pasado. Un partido que a veces proyecta actitudes o comportamientos propios de un partido casi feudal donde una serie de líderes, algunos les llaman barones, toman decisiones por encima de un comité federal, de un congreso o de la voluntad de la militancia.

-¿Tienen demasiado peso los barones? ¿Se da demasiada importancia a su opinión?

Sí, se le da por parte de los medios de comunicación, que creo que es un juego que les interesa. Les interesa la opinión, muchas veces buscada, de líderes territoriales sobre todo cuando iban en contraposición a las posiciones de Sánchez que estaban siempre respaldadas por las decisiones del Comité Federal. Y luego porque se ha visto que durante estos dos años de mandato de Pedro Sánchez se ha producido un número incalculable de declaraciones de deslealtad y de actitudes de deslealtad empezando por la cena secreta no comunicada al secretario general, que manda huevos, protagonizada por Page, Bono y Zapatero con lo que para ellos es el diablo con rabo, que es Pablo Iglesias, hasta todo tipo de declaraciones desde la noche del 20 de diciembre de 2015. Incluso después de los acuerdos del Comité Federal dirigentes se manifestaron a favor de la abstención. Esto es, de dejar gobernar a Rajoy desde el primer día aduciendo que el PSOE no tenía un resultado electoral que le permitiera siquiera intentar formar un gobierno alternativo a la derecha.

-Deslealtades que crearon mucha polémica. Algo que ha vuelto con las grabaciones a Miguel Ángel Heredia publicadas por ‘El Mundo’. Unas palabras que han embarrado, aún más si cabe, la carrera a las primarias.

Es una nueva actitud que no calificaría de torpeza, sino de algo peor. La grabación que muestra la conversación del ‘número dos’ del grupo parlamentario, Miguel Ángel Heredia, con las Juventudes Socialistas en Málaga es el botón de muestra palpable de que ha habido una campaña continuada de difamación por parte de algunos sectores del PSOE para enterrar a Pedro Sánchez.

La pregunta que cabe hacerse es cuantos actos como el del caso Heredia con las Juventudes Socialisas ha habido en Andalucía o en España envenenando a los asistentes con la infamia de la gran mentira. Esto es, del gran acuerdo secreto de Sánchez con ERC, los independentistas y Podemos. Si como yo entiendo este tipo de charlas entre comillas formativas a colectivos del PSOE se ha prodigado durante varios meses para contrarrestar el enfado de un sector de la militancia. Si esas charlas con ese argumentario se han repetido en muchos lugares de España para justificar la conspiración que tuvo su desenlace el 1 de octubre con el derrocamiento de Sánchez y que culminó con una votación vergonzante de abstención a la investidura de Rajoy, según Susana Díaz, por respeto a la democracia, ya sabemos qué ha estado pasando en el PSOE durante varios meses. Un periodo en el que compañeros se han dedicado a sembrar la semilla del veneno, del veneno de la gran mentira.

-Un ‘juego sucio’ que podría darse en las primarias.

Estoy convencido de que cualquier juego sucio o maniobra poco limpia o extraña que se realice, tanto en la fase de recogida de avales como de cara a la votación de las primarias, la haga quien la haga, se conocerá, será pública. Quién lo practique pagará las consecuencias el día 21 de mayo en unas elecciones que deben ser democráticas a fondo, un ejemplo de ética política y que deben desarrollarse en absoluta libertad, sin presiones ni condiciones ni llamadas al orden por parte de ningún dirigente disfrazado de comisario político.

-¿La gestora está siendo neutral? Se ha criticado la tardanza en la convocatoria, está el tema del censo, que no se sabrá hasta finales de mes,…

No es solamente como han planteado la cuestión del censo, de los que pueden votar y de los nuevos afiliados. Es una lista interminable de decisiones, actitudes y comportamientos que demuestran que la gestora nació mal y ha equivocado su papel desde el primer día hasta el último, hasta que se vayan y vuelva al PSOE la normalidad democrática. Hay una lista interminable de ejemplos que muestran que la gestora no ha acertado en su papel y ha tenido una trayectoria absolutamente partidista. No ha querido ser neutral ni a la hora de buscar gestos de reconciliación entre los sectores ni a la hora de establecer con acierto, y no por razones de intereses, la fecha de las primarias y del congreso.

Tampoco ha sido un ejemplo de neutralidad ni objetividad a la hora de nombrar a 226 personas para que participaran en el desarrollo de los trabajos de las ponencias oficiales. Entre ellas no estamos ninguno de los que trabajamos con Pedro Sánchez. También se sabe que ha habido actos propiciados desde la gestora a mayor gloria de determinada candidatura. En fin, los ejemplos son incontables. Y eso que yo le dirigí una carta privada a Javier Fernández a los seis días de su toma de posesión al frente de la gestora en la que le planteaba nueve medidas para reconciliar el partido, para evitar que fuera a más la fractura. Ninguna de las que le propuse han sido tomadas en cuenta.

-No sería descabellado decir que ha tomado partido por una candidata, que es Susana Díaz.

He dicho lo que he dicho. Pero por si queda alguna duda, es muy difícil que una gestora nombrada de aquella manera, de madrugada, sin quórum, una gestora federal no contemplada en estatutos, con plenos poderes, con un portavoz que es el hombre de confianza de Susana Díaz, pues ya eso lo dice todo. A usted le puede caer muy bien Susana Díaz, Patxi López o Pedro Sánchez, pero los datos objetivos están sobre la mesa. Es un escándalo.

La gestora tiene que ser un organismo que medie, neutral, para un paréntesis, para reorganizar y acelerar la vuelta a la normalidad democrática. Cosa que no ha hecho la gestora, que ha buscado la dilación para que, entre comillas, se enfriara el ánimo de la militancia cabreada por lo sucedido en octubre y que ha utilizado parte de ese tiempo en trasladar a sectores de la militancia la grave traición de Pedro Sánchez que había osado a firmar, según Heredia y compañía, un acuerdo secreto con los independentistas. Es todo una barbaridad.

-Además de Pedro Sánchez y Susana Díaz está la candidatura de Patxi López. ¿A quién resta apoyos?

No lo sé, porque responder a esa pregunta para mí sería especular. Lo que yo me pregunto a qué se debe o cómo se explica la concurrencia precipitada de Patxi López en estas primarias. Es una pregunta que no se ha respondido, no sé si no se la han planteado. Yo lo hago y no encuentro respuestas publicables.

-¿Puede el PSOE pasar del ‘no’ a los Presupuestos de 2017 a facilitar su aprobación? Está el antecedente de la investidura de Mariano Rajoy, cuando al final el partido se abstuvo.

En este momento no. Para tomar una decisión ahora la gestora, y quien tiene el mando a distancia en las decisiones de la gestora, ha hecho sus cálculos y ha entendido que en absoluto le ayuda en esta batalla de las primarias negociar los presupuestos con el Gobierno. Esa es la realidad, que cada cual saque sus conclusiones. En todo caso, la pregunta me da pie a una elemental reflexión sobre cómo se puede justificar por parte de Susana Díaz que los socialistas votáramos abstención en la investidura por respeto a la democracia. ¿Y qué respeto tuvimos con esa decisión al compromiso contraído con millones de electores? ¿Es respetar la democracia permitir seguir gobernando a quien hemos acusado de ser el responsable político de la corrupción y de las políticas más antisociales que se han aprobado en la España democrática? ¿Es una actitud de respeto democrático votar a un presidente que ha despreciado la democracia desde su mayoría absoluta? ¿Qué concepto de la democracia se esconde detrás de esa justificación?

-¿Ha perdido el PSOE su discurso socialista? Se lo pregunto, por ejemplo, sobre la propuesta de Susana Díaz de matrícula gratuita a aquellos universitarios con buenas notas.

Esa propuesta es muy, muy discutible. Yo no la comparto. Es verdad que esa propuesta y otras muchas actitudes muestran que el PSOE ha llegado a un proceso de moderación, un proceso de acercamiento a posiciones de la derecha. De no cuestionarse las terribles desigualdades que provoca este sistema capitalista financiero que abre inseguridades, incertidumbres y sufrimiento a millones de personas en España y en toda Europa. Me refiero a las políticas neoliberales. Sectores del PSOE, no lo podemos olvidar, estuvieron propiciando a la largo de 2014 con artículos y con manifestaciones la necesidad de una gran coalición y esos mismos sectores son los que acusan a Pedro Sánchez de ser el gran perdedor de las elecciones y sin embargo no quieren recordar que el descenso electoral del PSOE a los infiernos se produjo en noviembre de 2011 con la lista a las generales encabezada por Alfredo Pérez Rubalcaba. En aquellas elecciones perdimos 4,5 millones de votos. Esa pérdida tremenda se produjo a finales de 2011 sin la concurrencia de Podemos. Cuando se imputa toda la responsabilidad electoral a Sánchez se está haciendo un análisis absolutamente interesado, falso, no parte de la realidad. El discurso, la concepción de la democracia y el modo de actuar de otras candidaturas no permiten albergar ninguna esperanza de que el PSOE vaya realmente a cambiar y recuperar la credibilidad y una parte de los millones votos que ha perdido. Se han ido a Podemos nuestros hijos, nuestros nietos y parte de militantes maduros.

¿Cómo ganamos las elecciones? Para recuperar el voto perdido y la credibilidad tenemos que resituar al Partido Socialista en su espacio natural, que es la izquierda, con un proyecto que pueda de verdad afrontar los nuevos retos del siglo XXI como son los derivados de un mundo globalizado, de un capitalismo financiero especulativo, de unos paraísos fiscales desregulados, de fenómenos como la migración, el terrorismo yihadista, del fenómeno de la extrema derecha o de Trump. Todo eso exige una cierta refundación de la socialdemocracia europea y el PSOE puede jugar un papel de vanguardia en ese movimiento imprescindible para que no desaparezca la socialdemocracia en su función, no de gestionar el sistema, sino en su función de intentar transformar y modificar las relaciones de fuerza y las políticas presupuestarias y financieras desde Bruselas.

En ese cometido, en ese papel no veo ni a Patxi López ni a Susana Díaz porque entiendo que ellos representan un componente de continuismo claro y evidente. Como demostración está la foto de familia en el acto en Madrid de presentación de la candidatuda de Susana.

-Existe el rumor, bastante extendido, de que es tal la división en el PSOE que podría darse una ruptura. Otros hablan de una corriente interna en el propio partido. ¿Es posible?

No contemplo ni veo posible ningún escenario de ruptura o de escisión. En absoluto. Los que estamos en torno al movimiento plural de Sánchez no provocamos en octubre ninguna factura, ni interna, ni con el electorado ni con la sociedad progresista española. Por tanto, no nos lo planteamos. Lo que estamos es trabajando para diseñar cómo actuar bien el día después para lograr la integración de las candidaturas que pierdan las primarias e iniciar la preparación del congreso en clave de la máxima unidad. El día después se tiene que poner en marcha un plan de acciones para recuperar el diálogo sincero con el conjunto de dirigentes territoriales del PSOE y ponernos a su lado para culminar con la mayor brillantez posible la gestión de alcaldes y presidentes socialistas de Comunidades Autónomas.

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