El fraude en los seguros se dispara un 72% en los últimos cinco años

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El fraude en los seguros se dispara un 72% en los últimos cinco años

Firma de un seguro

La mayoría de los intentos de fraude tienen que ver con el seguro de coche, aunque desde 2013 se ha producido un incremento en los de hogar y oficinas. La tasa de fraude en los seguros -cociente entre siniestros fraudulentos y siniestralidad- se ha incrementado desde 2012 un 71,6%, desde el 0,95% hasta el 1,63%, según el IV Mapa AXA del Fraude en España. Es decir, casi dos de cada 100 clientes de la aseguradora es defraudador, una cifra que parece reducida pero que suponen millones de euros en pagos por indemnizaciones.
 
La disminución de la cuantía total que se evitó defraudar contrasta con el aumento del número de siniestros fraudulentos: 18.300 en 2016, frente a los 17.500 detectados en 2015. Para Arturo López Linares, director de Siniestros de AXA, “lo que demuestran estos datos es que, aunque los intentos de fraude al seguro siguen aumentando, lo hacen por cuantías menores, probablemente influidos por una relativa mejor situación económica general”.
 
“Es muy importante que mantengamos una política de tolerancia cero frente al fraude por el perjuicio que supone para el resto de clientes honestos, que son la mayoría, y tenemos que advertir de las graves consecuencias penales que un delito como este puede acarrear”, añade.
 
El informe de AXA apunta a que Vida se ha convertido en el nuevo objeto de deseo del fraude al seguro. Los casos destapados por AXA en este ramo en 2016 aumentaron un 35% y la cuantía de lo defraudado se incrementó un 11,5%, hasta los 6,3 millones de euros. No obstante, el cómputo total, AXA evitó el año pasado pagos indemnizatorios fraudulentos en todos sus ramos –Vida y No Vida, Particulares y Empresas– por un importe total de 59 millones de euros, lo que supone una caída de casi un 8% respecto del año anterior.
 
La fórmula más habitual en los casos de Vida está relacionada con la ocultación de patologías previas a la contratación de la póliza. También son numerosos los casos de invalideces obtenidas de manera fraudulenta; aquellos en los que el defraudador finge su propia muerte con la intención de que sus familiares cobren la indemnización; o bien se hace pasar por el tomador, ya fallecido, y se registra como beneficiario de la póliza.
 
Aunque Auto mantiene su hegemonía como el ramo más atractivo para el defraudador y concentra casi 6 de cada 10 intentos de fraude al seguro, se aprecia un trasvase desde este ramo hacia Multirriesgos. En 2013, el porcentaje de fraude en el que intervenía un vehículo era de 68,6%, frente al 59% de 2016. Por su parte, Multirriesgos (Hogar, Comercio y Oficinas, y Comunidades) ha experimentado en los últimos cuatro años un aumento de ocho puntos porcentuales (pasando de representar el 24% del total en 2013, a casi el 32% en 2016) en el número de intentos de fraude.
 
Estos ramos ofrecen la posibilidad de una mayor creatividad en la preparación de situaciones irregulares, por ejemplo; fraudes con ocasión de la ocurrencia de tormentas, fraudes en daños eléctricos, los derivados de un robo o los relacionados con el mantenimiento del hogar y los daños por agua. Las opciones son múltiples.
 
Tipología del fraude
 
Por cuarto año consecutivo se observa un descenso del fraude ocasional u oportunista; es decir, aquel en el que se aprovecha la realidad de un siniestro para introducir daños preexistentes o anteriores. Estos casos representaron el año pasado el 52% del total, frente al 57% de suponían en 2014. Se aprecia un traspaso de estos casos hacia el fraude premeditado, aquel en el que los daños reclamados son reales o ficticios, pero todos han sido planificados con antelación. Este tipo de fraude concentró el 45% de los casos evitados durante 2016, frente al 42% de hace dos años.
 
Tanto el ocasional como el premeditado han visto reducir su cuantía, es decir, el importe medio que se trata de defraudar en cada tipo de caso. En el 63% de los ocasionales se estaría hablando de un intento de fraude inferior a 600 euros; y en el premeditado, la indemnización media se ha reducido a 3.900 euros, frente a los 4.400 que de media trataban de defraudar en 2015.
 
Finalmente, atendiendo a la radiografía del fraude al seguro en toda España, se puede afirmar que la tasa de fraude aumentó el año pasado en todas las Comunidades Autónomas, a excepción de Cantabria y Extremadura, hasta situar la media nacional en el 1,63%. La Ciudad autónoma de Ceuta, con el 7,9%; Melilla, con 3,8% y Andalucía, con el 2,6%, son las comunidades con mayores tasas de fraude al seguro.
Nuevas formas de fraude al seguro
 
En los últimos años se han destapado nuevas tipologías que utilizan el seguro para cometer fraude, como el empleo inadecuado de pólizas de concesionarios de coches. Son casos en los que una o varias personas físicas se dan de alta como profesionales de la compraventa de vehículos y ofertan a través de internet seguros de Auto a menor precio, haciendo pasar el vehículo de un tercero por vehículo de su flota.
 
Esta contratación es fraudulenta porque las pólizas únicamente dan cobertura a la Responsabilidad Civil básica de los vehículos de la flota de un concesionario (siempre que fuera conducido por personal autorizado, con limitación en un radio de kilómetros y en horario comercial) y no a un tercero.
 
También sus cada vez más recurrentes los casos de turistas que vienen a pasar unos días a España y, una vez en sus países de origen, reclaman a los Tour Operadores con quien contrataron el viaje una indemnización por intoxicaciones alimentaria durante su estancia en el hotel. Además esta operativa fraudulenta obtiene apoyo de la legislación de algunos países en la que la demostración y prueba del daño sufrido y la acreditación del nexo causal, es menos exigente que en España.

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