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Política transicional

La propuesta mencionada es nuestra idea-fuerza para la procura de una mejora sustancial de la política, la economía y las instituciones de países de situaciones insatisfactorias en lo político, lo económico, lo institucional y otras esferas de la vida social. Un canal de comunicación de los característicos de las redes sociales actuales se interesa por nuestra propuesta de una Transición a la Democracia y el Mercado. Nos invita, a mi ex alumno, colega y amigo Richard Ponce, y a mí mismo, para intercambiar pareceres e informaciones con un público amplio y desconocido sobre el tema. Me parece una buena oportunidad a potenciar.
 
La propuesta mencionada es nuestra idea-fuerza para la procura de una mejora sustancial de la política, la economía y las instituciones de países de situaciones insatisfactorias en lo político, lo económico, lo institucional y otras esferas de la vida social. En política nos interesan las ideas y sus exigencias a la realidad y no el recurso de un líder o un partido.
 
Eso, mucho más en la Venezuela caudillista y cupular al estilo del corporativismo rentista prebendario de más de cuatro décadas de existencia. Sostenemos que con los dos primeros gobiernos de Caldera y Pérez se inició en Venezuela una fase económica mediocre en su potencial de resultados, basada en la instauración de modos inapropiados de manejo frente a los retos planteados. Esa fase –llevada a su clímax por el chavismo- se muestra agotada y de continuar prefigura un derrotero marcado por la precariedad, la debilidad e, incluso, la pérdida mayor de soberanía. Con el agotamiento del modelo –que agotado está- cabe uno nuevo, no el mantenimiento o ajuste del mismo.
 
Pero, puede pasar incluso –es una hipótesis de muy bajo nivel de probabilidad de ocurrencia- que el propio régimen lo impulse. Sirva de ejemplo que la actual China se rige por la misma “geografía política” de la terrible época de Mao y su esposa. Puede pasar también que Venezuela regrese a la “geografía política” que trajo la actual desgracia. La descrita arriba. Cuidado, que no es baja su probabilidad de ocurrencia. Los que trajeron a Chávez siguen “vivitos y coleando”.
 
¿Y qué deseamos? Deseamos que pase que el modelo que se imponga sea el de un cambio positivo, a la creación de la cultura, la sociedad, las instituciones, la política y la economía que permita -en el largo plazo, pero con resultados ya satisfactorios en el corto- que se tienda a una consolidación democrática –una democracia republicana avanzada- y el éxito interno y externo de la economía: ingreso real con alto poder adquisitivo externo y competitividad en el mercado global.
 
Ese modelo –el cual hemos desarrollado en cuarenta artículos- lo hemos llamado Transición a la Democracia y el Mercado. Ni política, ni económicamente, es un modelo convencional. Exige una nueva hegemonía política y un enfoque de Economía Política. Para el pleno éxito nacional. Se basa en instituciones y no en caudillos y arreglos cupulares. Otorga importancia a la idea-fuerza que lo inspira y a los factores-clave de éxito que la hacen factible.
 
De eso, de su corta historia, sus raíces, los argumentos para su surgimiento, su relación con la agenda de la gente, sus líneas de desarrollo, sus procesos, las interrelaciones entre ellos, los problemas álgidos que debe cuidar, sus exigencias a las diversas esferas sociales y mucho más estaremos hablando Richard y este servidor el próximo lunes 10, a las ocho de la noche.
 
Interesan liderazgo y ciudadanía. Un proceso así beneficia a las grandes mayorías ciudadanas; pero, requiere un liderazgo muy preclaro. Este último es un bien raro en la política venezolana. Lamentablemente las coordenadas convencionales no son las necesarias. Espero que el Conversatorio del “Canal Único Venezuela”, en Zello, sea el arranque de la potenciación amplia de la propuesta.
 
Santiago José Guevara García
Valencia, Venezuela
[email protected] / @SJGuevaraG1

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