¿Turning point?

Transiciones

¿Turning point?

Política transicional

Empero, últimamente, en redes, deben haber notado que he planteado que parece haber habido un cierto cambio positivo en los manejos de la MUD. Mis lectores saben de mis posiciones críticas frente a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), agrupación unitaria de los partidos de oposición venezolanos, aún signados por el inadecuado estilo de hacer política, cuyo fracaso nos trajo a la regresión chavista.

Pero, saben también de mis firmes posiciones y manejos opositores. Radicales, es verdad, pero nítidamente enfrentados al régimen (por cierto, ser radical es ir a las raíces; no, extremista). Mi propuesta de una Transición a la Democracia y el Mercado es radical. Pero, es distinta –y superior- a las proposiciones de la MUD, las cuales referimos en el artículo de la semana pasada.

Empero, últimamente, en redes, deben haber notado que he planteado que parece haber habido un cierto cambio positivo en los manejos de la MUD. Las decisiones respecto a los integrantes subrepticios del Tribunal Supremo y los diputados amazónicos invalidados muestran una mejor disposición a la lucha por parte de la agrupación. Son movimientos tímidos e insuficientes; pero, ojalá sean un cambio de rumbo en su relación con el régimen.

Hay condiciones para que así sea. Los analistas, en los últimos días han formulado muy diversas hipótesis sobre lo que pasa y por qué pasa. En lo personal, junto con muchas otras cuestiones, me he preguntado si es que se ha dado un dinamización de la política democrática venezolana, si lo hace con suficiencia; e, incluso, si, en adición a eso, no sería el momento de plantearse un frente opositor más amplio.

El partido MUD (así la llama el oficialismo) no es, ni con mucho, la expresión del mundo opositor venezolano. Como no lo era AD en la dictadura perezjimenista. En aquel entonces, se optó por una unidad superior. Recuérdese –lo que muchos olvidan- que incluso el Partido Comunista participó en la vieja Junta Patriótica y su candidato firmó la “Declaración de Principios y Programa Mínimo de Gobierno de los Candidatos Presidenciales”, de diciembre de 1.958.

Pero, aún más, como también dicho en mi artículo de la semana pasada, en la MUD “no hay ideas-fuerza concretas asociadas, ni para el estado final procurado (quiero decir, el largo plazo. Tema ausente), ni para los diversos medios y procesos de toda naturaleza necesarios”. Muy diversos voceros y sectores opositores somos partidarios fervientes de la conveniencia –desde ya- de un ideario asimilable a una profunda transición política y económica, con sus correlatos culturales y sociales.

Sin embargo, por lo pronto, lo último no es el problema. Sí lo es el terrible riesgo de una profundización totalitaria del actual estado de cosas. No soy tan optimista (ni tan desinformado) como algunos analistas que ya ven una transición como la de 1.958, con la reciente decisión –clara cooptación del régimen- de una virtual presidencia militar. Pasa que hay temas éticos, reclamos de la justicia de USA, presencia cubana, intereses foráneos subrepticios (incluso de hombres de sotanas), delincuencia política, ambiente generalizado de corrupción, negociados militares, etc., como para que, de no cambiar la calidad y fuerza de la lucha democrática, haya un cambio a positivo.

La primera palabra clave para lo último es articulación. Ya lo he dicho a la saciedad: difícil en Venezuela; pero rigurosamente necesaria. No es lo único (por favor, lean mi serie del año pasado); pero sí el primer movimiento. Es un señalamiento analítico; pero, también una invitación.

* Santiago José Guevara García
Valencia, Venezuela
[email protected] / @SJGuevaraG1

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