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Política transicional

Las sociedades, vistas y analizadas como sistemas, se componen de cinco subsistemas interrelacionados, influidos por dos adicionales. El artículo puede parecer metodológico y lo es. Pero, también es muy con los pies en la práctica política seria. No concebimos la política como un arte de improvisados, sino con una rigurosa comprensión de la ciencia y el arte de la política. Y a una arista de esos campos vamos en este artículo.

Las sociedades, vistas y analizadas como sistemas, se componen de cinco subsistemas interrelacionados, influidos por dos adicionales. Lo que quiero decir es que quienes nos interesamos por el estudio de ellas, podemos entenderlas –para luego influirlas- en términos de siete tipos de factores componentes.

Lo económico, lo político, lo cultural, lo social y lo institucional, influidos por la geografía específica y la historia del sistema son los subsistemas interrelacionados, necesarios a la comprensión e intervenciones de cualquier situación nacional de interés.

La visión simplificadamente funcionalista, según la cual cada uno de esos subsistemas tiene una dinámica propia, con independencia de las otras, es sencillamente un error. Ejemplo: intente optimizar los resultados económicos del sistema y no considere las preferencias sociales o las capacidades técnicas presentes en él y tendrá que conformarse con resultados mediocres.

Dicho en otro lenguaje, trate de llevar al máximo los resultados económicos de una sociedad y no cambie los parámetros educativos y de dominio de los procesos científicos y técnicos (ambos, elementos del subsistema cultural) y no obtendrá el máximo resultado potencial.

En su máxima expresión, lo que estamos queriendo plantear es que las sociedades son sistemas integrales que funcionan y requieren el desarrollo acompasado de todos sus componentes, incluida la apropiada lectura y apoyo en la geografía y la historia.

En la Venezuela actual, el reto y el requerimiento son evidentes. La Venezuela eterna requiere hoy un plan de acción muy asertivo en todas las esferas de la vida social. No es solo un asunto político o económico. Tiene que ver con el todo. Con lo cultural, por ejemplo. O con el pleno aprovechamiento de su geografía, para referir otro. Y todos –todos- por la vía de una esmerada reinstitucionalización del país.

Con celo por el riesgo de desviaciones totalitarias, y más bien por la vía de incentivos y abatimiento de los altos costos de transacción –y otros- actuales, Venezuela necesita acometer un amplio y sostenido programa de reformas en todos los subsistemas relacionados, que le permita un verdadero salto al futuro. Eso no es posible con cualesquiera parámetros culturales, sociales, económicos, políticos e institucionales.

¿Es, o no, entonces, un tema muy práctico? Se trata de resolver la vida diaria del venezolano. Y no debería haber nada más práctico que eso en política. Nuestra propuesta de una Transición a la Democracia y el Mercado, que, como visto desde nuestro libro del 2.010, incluye acciones en todas las esferas de la vida social, es precisamente la propuesta práctica que ofrecemos.

No es una oferta de un político “tirabesitos”. No es obra de la improvisación. Se afinca en conocimiento de avanzada –el arte de la gestión de sistemas complejos, por ejemplo- para un mucho más apropiado manejo de la madeja de temas de la gobernabilidad.

El reciente fiasco de un poder legislativo completamente incapaz de entender el activo de gobernanza recibido el 6 de diciembre nos dice que es mucho lo que el adecuado manejo técnico y la cabal comprensión de la realidad pueden hacer por la atribulada Venezuela. ¡Ah! Por cierto, el asunto es también moral.

* Santiago José Guevara García
Valencia, Venezuela
[email protected] / @SJGuevaraG1

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