Película bélica sobre la guerra moderna con drones que pone el foco en el dilema moral de las víctimas colaterales y la cadena burocrática de la toma de decisiones. La guerra desde la comodidad de la silla. ‘Espías desde el cielo’ es una película bélica, pero en ella no hay combates directos en el campo de batalla; el barrizal, el olor a sangre y el desamparo de las trincheras deja paso a la seguridad de los despachos burocráticos y las naves de control de los aviones no tripulados, ubicadas a miles de kilómetros de distancia de su objetivo. La guerra del siglo XXI.
La trama se recoge por tanto en escenarios interiores, en los que, desde Londres y Las Vegas, se dirigen las operaciones militares, se toman decisiones o eluden responsabilidades y se aprietan los botones que lanzan los misiles de los drones. La coronel Katherine Powell (Helen Mirren), una oficial de la inteligencia militar británica, lidera una misión secreta para capturar a varios de los terroristas más buscados, reunidos en un piso franco de Nairobi, cuando se da cuenta de que planean un ataque suicida inmediato. Ordena entonces a los pilotos que manejan en EEUU el aparato no tripulado acabar con ellos, pero una niña se acerca a la zona de la casa y entra en el radio de peligro: hay altas probabilidades de que muera si se actúa contra los terroristas.
¿Sacrificar a una inocente para evitar un posible atentado con decenas de víctimas o salvar a la pequeña y arriesgarse a perder la pista de los terroristas y que causen más muertes? ¿Quién debe tomar la decisión final? El film plantea el dilema moral de los denominados daños colaterales, del que el director Gavin Hood y el guionista Guy Hibbert hacen partícipes a los propios espectadores, para lo que utiliza la inocencia de la infancia.
La disyuntiva ética se expone y argumenta desde distintos puntos de vista, el militar, el legal o el político, y diferentes posturas morales. Y mientras tanto, se pone también el foco en la cadena burocrática de la toma de decisiones. Con cierto toque cómico, se van pasando la pelota unos a otros, ninguno quiere tener la responsabilidad final en asuntos tan espinoso, no sólo por cuestiones éticas, sino también por las consecuencias políticas y mediáticas que podría tener la resolución del conflicto: no quieren mancharse las manos y poner en riesgo su cargo.
Pese a que en algunos momentos la película es demasiado expositiva, Hood consigue mantener la tensión de forma constante desde la calma. El director sabe gestionar el ritmo y el suspense entre comunicaciones telefónicas, videollamadas, imágenes de drones y las pocas escenas en escenarios exteriores.
En el intenso intercambio de argumentos, opiniones y pareceres, Helen Mirren y el fallecido Alan Rickman –en uno de sus últimos papeles– llevan todo el peso interpretativo. Transmiten sin grandilocuencias toda la autoridad y firmeza de sus personajes.
Choca la desazón de los pilotos del dron y cuesta creer esa cadena de mando mostrada, pero ‘Espías desde el cielo’ es una película entretenida y efectiva. Una cinta bélica sobre la guerra moderna llena de tensión y capaz de implicar al espectador.
