El portavoz de la Conferencia Episcopal recuerda a los socialistas que los acuerdos Estado-Iglesia no quitan el sueño a los más de cuatro millones inscritos en el Inem. José María Gil Tamayo, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, ha sido entrevistado en Onda Cero, emisora desde la que ha aconsejado al PSOE que se ocupe de los “problemas reales y no de los acuerdos Iglesia-Estado.
El portavoz de los obispos se ha referido a la proposición no de ley que a principios de diciembre el PSOE registró en el Congreso y en la que insta al Gobierno a revisar los acuerdos de 1979 con la Santa Sede y lo ha hecho para recordar a los socialistas que esa cuestión no preocupa para nada a los españoles.
Gil Tamayo advierte a los socialistas que “entre los problemas acuciantes de la sociedad española no entran precisamente los acuerdos Iglesia-Estado, afortunadamente”. Cree que “hay problemas de primer orden que quitan el sueño a los españoles, entre otros los más de cuatro millones de inscritos en el INEM o esos dos millones de familias donde no entra un euro”. “Hay que ir a los problemas reales”, recriminó el sacerdote al PSOE.
Y recordó que cuando el Partido Socialista ha gobernado no hizo nada al respecto lo que considera ha pasado porque el “PSOE ha tenido conciencia en este asunto para gobernar para todos los españoles, ya que más de un 70% de los ciudadanos se confiesa católico”.
El portavoz de la Conferencia Episcopal sacó pecho también al recordar que “la Iglesia se somete a dos referéndum cada año”: el de la X en casilla de Hacienda y el que hacen los padres al elegir la enseñanza cada año.
Recordó que hay un derecho establecido en la Constitución que es el de los padres a educar a los hijos de acuerdo con sus convicciones y ahí entras las religiosas.
También hizo un breve apunte sobre la LOMCE, al asegurar que en nuestro país hay dos cuestiones que tienen que ser resueltas: “el de la educación, que no sea un mercadeo de ideologías según el partido de turno en el gobierno, y el de la cuestión religiosa, que no sea una asignatura permanente dependiendo de las alternancias políticas”.
