Hoy UPyD ha decepcionado a una parte de sus votantes. Justo a aquellos que no comprenden los motivos del partido de Rosa Díez para no votar en contra de la totalidad de los Presupuestos de la Comunidad de Madrid que ha presentado en la Asamblea el Gobierno de Ignacio González y que fueron aprobados gracias a los votos del PP.
La formación ‘magenta’, como se autodenominan para diferenciarse de rojos y azules, ha respondido a la oleada de críticas con una nota de prensa en la que matizan las ‘informaciones incompletas e interesadas’ que algunos medios habrían difundido sobre su posición en la sesión parlamentaria.
En primer lugar, aseguran que hoy no se votaba el plan para privatizar la Sanidad. Eso es cierto, pero no del todo. Tal y como UPyD dice el proyecto se incluye en la Ley de Acompañamiento que será debatida la próxima semana, pero en las cuentas debatidas sí estaban los ‘recortes’ que harán inevitables esas privatizaciones.
Luego dicen que han votado en contra de la Ley que se debatía hoy. Y no mienten, pero no dicen la verdad. Se han abstenido en algunas partidas, e incluso uno de sus diputados, Enrique Normand, que además es médico, ha dicho que no están en contra de todo el Presupuesto de Sanidad, que no todo son privatizaciones.
Y eso es lícito. Y hasta se puede estar a favor o en contra de esta decisión como de otras tantas abstenciones o votaciones controvertidas en las que los de Rosa Díez han optado por ‘no dejar sólo al PP’ y favorecerle. Por ejemplo, cuando no les pareció conveniente eliminar el nombre del General Mola, un ‘golpista’ que apoyó a Franco para muchos componentes de la izquierda madrileña.
Pero entonces, lo explicaron. Era caro, dijeron, era un callejón pequeño y siempre se había llamado así. Perfecto. Hoy los parlamentarios de UPyD deberían hacer lo mismo. Explicar a sus votantes decepcionados qué parte del presupuesto del PP para la sanidad madrileña les parece bien. Y, de paso, también contarnos a todos los motivos por los que si estaban de acuerdo en eso, no han optado por votar a favor.
Sin embargo, no lo hacen. Se enrocan y no dan explicaciones. Lo mismo, mismito, que suelen hacer los dirigentes del PP y el PSOE, esos partidos a los que Rosa Díez tanto crítica cuando optan por la ambigüedad y la opacidad ante asuntos de interés general.
