Los tiempos de Rajoy son inescrutables, igual que se entiende mal que mantuviera al tesorero en el cargo mientras caían «recursos de punta», se entiende peor que le haya dado «permiso» para ir al Supremo pero que luego vuelva a ocupar el cargo. Si hay algo más confuso en este asunto de Bárcenas es que, ahora mismo, es un tesorero en comisión de servicios ante la Justicia pero con la plaza garantizada el día que quiera volver. Esto lo habrá hecho Rajoy para que luego critiquen que el PP quiere destruir empleo.
Ilustres compañeros del senador que habían guardado silencio han dejado de hacerlo porque creen que detrás de la presunción debe haber gato escondido. No es normal que Bárcenas atesorara una riqueza de ese tamaño sólo comprando acciones de Endesa; de ser cierto sus cálculos a Bárcenas no hay que entrullarlo sino hacerle secretario de Estado de Hacienda. Un hombre con esa capacidad de crear riqueza no puede ser desperdiciado en España.
Bárcenas está herido de mente porque no recuerda bien esos datos que iba a ofrecer al juez para demostrar su inocencia y de la que tan seguro estaba. Debería darse por contento al haber tenido la filtración adelantada de la petición de suplicatorio, (es para preguntarse cómo sería su defensa que el juez, conservador, no tuvo más remedio que elevar la documentación al Senado). Y a partir de aquí todo son emociones en el tobogán de la Justicia, ya verá Bárcenas como aquellos amigos ya no lo son tanto.
