La gestora del PSOE se la juega por Susana Díaz

Detrás de la cortina

La gestora del PSOE se la juega por Susana Díaz

Rafael Alba

Los militantes de base del partido, atónitos ante el descaro de los partidarios de la dirigente andaluza. ¿Sorprendidos? Hay un parlamentario llamado Eduardo Madina que se ha encargado de coordinar la ponencia política que se debatirá en el Congreso del PSOE. Un texto que, en teoría debe servir, de base para la confección del programa que esté partido y su nuevo o nueva secretaria general defenderán ante los españoles en los próximos años. Cuando escribo esto, la ponencia no está presentada. Y, de momento, la presidenta de la Junta de Andalucía y jefa del partido en esta comunidad autónoma Susana Díaz, ni siquiera se ha presentado oficialmente como candidata para competir en las primarias del partido. Sin embargo, en muchas radios de ámbito nacional se aseguraba hoy que el tal Madina, antiguo rival de Díaz, iba a integrarse en el equipo de esta, todavía, presunta candidata. Y eso que él había asegurado que la ponencia que elaboraba era para todos los candidatos y que el era imparcial.
 
¿Tan imparcial como el encargado de la ponencia económica? Ese tal José Carlos Díez, economista mediático y dicharachero con columna en ‘El País’ y apariciones en ‘La Sexta’. Sabemos poco de él, en realidad, es, según parece, un independiente sin carnet que eso sí, muestra una hoja de servicios intachable a la hora de acreditar la única virtud que parece importarle a Díaz a la hora de fichar colaboradores. Ya saben ser capaz de arrearle todos los días un buen golpe dialéctico a Podemos. Con o sin argumentos de peso. Para el caso es lo mismo. Cierto que Díez lo tiene más difícil que otros porque no puede recurrir al estribillo, ‘populistas-venezuela-derechos humanos-separatismo’, que tan bien le funciona a una amplia banda de comentaristas que puede incluir a cerebros tan teóricamente alejados entre si como Eduardo Inda y Antonio Elorza. Pero, también hay una buena alternativa para economistas que puede incluir o no ‘populistas-venezuela’, pero que tiene como ingrediente lingüistico básico, aquello de ‘promesas-noposiblesdecumplir-¿quién paga todo esto? Siempre reforzado con unas gotitas de ‘chincharos que Angela Merkel no os va a dejar hacerlo.
 
Y, bien, es cierto que nada de lo dicho anteriormente demuestra que exista una relación directa entre Díaz y Díez. Así que admitamos que a lo mejor no la hay. A lo mejor no la hay tampoco, por cierto, entre el parlamentario andaluz y portavoz plenipotenciario de la gestora Mario Jiménez y la lideresa del sur. ¿Cómo va a haberla si resulta que el tal Jiménez es quien ha recibido el encargo de elaborar la ponencia sobre el modelo de partido para los próximos años? No deberíamos poner en duda la imparcialidad de alguien tan transparente como este político más neutral que Suiza que, sin embargo, ha asegurado en la SER, una cadena ‘friendly’ (amigable y perdonen el anglicismo) para la gestora que, sí que esta semana sí había hablado con Susana Díaz. ¿Cómo no iba a hacerlo si el es el portavoz de la gestora?, le ha dicho luego a la periodista. Debe haber sido un lapsus, o un error, porque luego ha confesado que, sin embargo, no había hablado ni con Patxi López ni con Pedro Sánchez. Aunque sí con representantes de sus equipos, por supuesto. La pregunta es si habrá hablado con Javier Fernández, ya saben el presidente de la gestora, o si Jiménez, por aquello de la cercanía, despacha directamente ya con la jefa y se olvida del jefe.
 
Son imparciales, ya ven. Y están dispuestos a que se cumplan las reglas. No sabemos cuáles, por cierto. Aparentemente, aquellas aprobadas en el último congreso que fijan con exactitud las fórmulas que deben adoptarse para que el proceso de primarias transcurra con limpieza. ¿Es limpio, sin embargo, tener en cuenta ya al equipo de una presunta candidata que, cuando escribo esta columna, aún no se ha presentado aún? Ella ha anunciado que hará un anuncio y ya dispone de la misma información que los candidatos reales que han puesto hace mucho sus cartas sobre la mesa. Puntilloso que es uno. Tanto como todos esos militantes que, sin pruebas y con nocturnidad y alevosía, aseguran que el truco este de obligar a todos los candidatos a usar una cuenta corriente controlada por Ferraz para que los donantes de las campañas ingresen el dinero, es sólo una táctica para impedir a Sánchez seguir acumulando pasta por medio del crowfunding (micromecenazgo en castellano y vuelvan a perdonar).
 
Claro que más suspicaz es todavía un familiar mío, más que veterano militante socialista, cuyas opiniones les he revelado aquí en esta ocasión que quiere saber cuál es la valoración económica real que tienen todos los medios del partido que la gestora ha puesto al servicio de Susana, desde el ‘golpe de estado’. Y que sí eso lo pagan Fernández, Jiménez, Hernando, la propia Díaz, José Bono, Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero, Micaela Navarro o los ‘barones’. Y que sí lo van a poner de su bolsillo, lo va a patrocinar un suministrador de puertas giratorias. Y que sí el, o los que sean, van a depositar el dinero en la famosa cuenta transparente o no. Se pasa sin duda, este veterano, con sus apreciaciones, que son sólo propias de una lengua viperina, pero discúlpenle, por favor, dice que a su edad no está para eufemismos.
 
Luego está el asunto del censo. De esas agrupaciones en las que presuntamente ya no se admite ni un socialista más y de esas otras en las que llueven los carnés a ‘cascoporro’. Todo será muy legal, como dice Jiménez, pero lo mismo estaría mejor que no fuera la gestora quien tuviera que poner la mano en el fuego por la limpieza de este proceso. Más que nada porque, según parece, esa imagen de neutralidad de la que ellos hablan habría sido puesta en duda ya por más del 50% de los militantes del partido y sacar a todo este personal del censo iba a dar un tanto el cante. Y lo del voto telemático, claro. Un sistema ‘prohibido’ en el pasado congreso socialista por los mismos que se niegan a aceptarlo ahora, ya saben no lo pone en el reglamento, aunque es cierto que entonces, supuestamente trabajaban para Pedro Sánchez, el mismo del que Susana Díaz llegó a decir que “No sirve pero nos sirve”, según comentarios apócrifos y malintencionados que ha recordado estos días algún tertuliano.
 
Así que todo parecería estar listo para la gran victoria de Susana Díaz, esa lider que sí sabe ganar elecciones y que, al parecer, defiende el tipo de política responsable que defendían Jean François Hollande, los socialistas holandeses y el Pasok y que, en apariencia, comparte con Felipe González y los editorialistas del grupo Prisa una inquina concentrada hacia cualquier movimiento que intente nacer a la izquierda del partido del puño y la rosa. Lo malo es que hay uno que ya ha nacido y tiene unas siete decenas de diputados. Y, además, parece haber seducido, o ‘abducido’, a una juventud que escasea tanto en el PSOE que, siempre según las malas lenguas, van a tener que buscar en todas las agrupaciones de España voluntarios juveniles para hacerse la foto con la lideresa.
 
A lo mejor los encuentran, pero eso no iba a solucionar el problema. Un problema que, por cierto, no parece preocupar demasiado a la supuesta candidata favorita de un aparato del partido que no tendría duda alguna sobre cuál es el caballo ganador en la carrera que se avecina. Y aquí recurro de nuevo a mi veterano familiar socialista de toda la vida que parafrasea a Miguel de Unamuno y dice que estos “ganarán porque tienen la fuerza, pero no convencerán porque no tienen la razón”. Para añadir luego que lo malo de estos tíos que tienen que asegurarse los sueldos con la actividad política es que lo único que les importa es seguir cobrando. Como a todos por cierto.
 
Y también dice que parecen seguir convencidos de que esto del puño y la rosa es una franquicia que se compraron en los setenta unos chavales sevillanos con un préstamo llegado de Alemania y otro enviado desde Venezuela por un tal Carlos Andrés Pérez. Y que se equivocan, porque lo que hizo grande al PSOE del 82 fueron sus militantes y una capacidad de conectar con los vientos de cambio y los votantes jóvenes que el partido ha perdido por completo y que Susana Díaz no le podrá devolver. Y quizá sus rivales tampoco, por supuesto, pero a ellos, lo mismo habría que concederles el beneficio de la duda. 

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