Críticas a TVE

Brasil 2016

Críticas a TVE

Diego Carcedo

Criticar a TVE está en el paquete cotidiano de vicios nacionales, algunas veces con razón, por supuesto, y otras sin ella o simplemente por sistema. Criticar a TVE está en el paquete cotidiano de vicios nacionales, algunas veces con razón, por supuesto, y otras sin ella o simplemente por sistema. Estos días le ha tocado el turno a la cobertura de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro. Algunos comentaristas consideran que ha sido un desastre; yo modestamente discrepo. Hubo fallos, se cometieron errores no siempre atribuibles al equipo de enviados especiales, pero en conjunto la cobertura fue correcta o tal vez más que correcta.
                  
Lo he seguido con doble interés, deportivo y profesional, y en muchos momentos admiré la calidad de lo que estábamos viendo en España. Desde luego no peor que lo que ofrecían otras televisiones extranjeras entre las que por deformación zapineo. Antes de entrar a enjuiciar la cobertura de los Juegos quizás habría que empezar por valorar la organización bastante deficiente de un acontecimiento que, en mi opinión, en las actuales circunstancias en que se encuentra el país, a Brasil le quedaba grande.
 
Muchos de los motivos de crítica al equipo de TVE habría que adjudicárselos a la organización. Criticar la cobertura de un acontecimiento es fácil si, como es habitual y hasta lógico, sólo se contempla sólo lo que ha salido en la pantalla. Pero seguramente no es justo si no se tienen en cuenta las dificultades, condicionantes y limitaciones con que se enfrentan los equipos encargados de realizarla. Aparte que en la mayor parte de las pruebas la señal no es propia, es la que la organización ofrece a todos los operadores.
                  
Televisión Española, a pesar de las dificultades de financiación que enfrenta,  hizo un gran esfuerzo económico y profesional para ofrecer un servicio muy complejo. Los trabajadores encargados tuvieron que superar muchos obstáculos para poder cumplir su cometido: desde el jet lag hasta el calor húmedo, pasando por las distancias y acabando por la inseguridad que les amenazaba. No dudo que han hecho un gran esfuerzo, que han regresado agotados, y no me parece justo que su trabajo, más que digno, no esté siendo reconocido cuando menos por quienes no responden a los intereses de la competencia.

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