Mejor malolientes

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Mejor malolientes

Diego Carcedo

Algunos científicos, gremio que también vale para todo en el que se discrepa más que en el Congreso, mantienen la teoría de que bañarse o ducharse todos los días. Algunos científicos, gremio que también vale para todo en el que se discrepa más que en el Congreso, mantienen la teoría de que bañarse o ducharse todos los días, como nos enseñaron de pequeños, es malo para nuestra salud. Al parecer el exceso de agua sobre la cabeza perjudica al pelo y sobre la piel la priva de no sé qué bichitos que al parecer son importantes, aunque no los veamos. Es decir: qué horror, mejor malolientes.
 
Ya lo decía el viejo profesor Tierno Galván, a la sazón alcalde de Madrid, que ducharse a diario no es bueno, pero la gente de derechas, que suele ser la que más se bañan, se lo tomó a broma. Ahora son científicos los que advierten desde la autoridad que confiere a su oficio. Y será cierto pero a mí no me cuadra: conozco personas de noventa y tantos años que se ducharon toda la vida y afortunadamente para quienes les rodean, lo siguen haciendo.
 
Además, para qué coño queremos vivir unos meses más si hemos de hacerlo sin fumar, sin probar el alcohol, sin hincharnos de pasteles y soportando mañana, tarde y noche nuestro propio mal olor. Ducharse o bañarse, sea en casa, en la piscina o en el mar, es relajante, resulta satisfactorio para el cuerpo y el cuerpo, con permiso de los curas, creo que de vez en cuando merece alguna alegría. De las almas no hablo.
 
¿Alguien se imagina lo que sería viajar este mes en el Metro de Madrid apretujado entre pasajeros que no se han duchado desde la semana pasada pero discuten si Rajoy podrá formar Gobierno? Hombre, por favor, señores científicos, déjennos disfrutar de la ducha matinal o vespertina en paz. Si hasta Cleopatra se bañaba a diario en leche de burra y bien mona y saludable dicen que estaba.
 
Nosotros no aspiramos a tato. Ordeñar burras debe de ser muy latoso. Nos conformamos con agua del grifo, con olor a cloro y precio de oro, que pagamos religiosamente, sin rechistar como siempre. Ya tenemos bastante con vivir pendientes del colesterol, la tensión, el azúcar, el reuma, las almorranas y la lista de espera del hospital. Ustedes sigan investigando, por favor. El resto, aseaditos estamos mejor y convivimos con las narices destapadas.
 

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