La sociedad que explota las propiedades agrícolas de Mohamed VI reclama que la variedad tango californiana es en realidad un derivado de su nadorcott, ya registrada en España. El último conflicto internacional no se libra en el campo de batalla, sino en el de labranza. De una parte, la Casa Real de Marruecos. De la otra, la Universidad de California en Riverside (UCR). En medio, la patente por una variedad de mandarinas que ambas partes reclaman como de su autoría.
La lucha por proclamarse como padre de esta fruta se decidirá el próximo mes de octubre en un juzgado mercantil de Valencia, según cuenta El País. Mientras que la institución educativa estadounidense defiende que la mandarina tango es una creación independiente suya, desde la firma Les Domaines Agricoles reclaman que se trata de un sucedáneo de su nadorcott. Esta última es la empresa que explota y comercializa los productos procedentes de los terrenos de cultivo propiedad del rey marroquí Mohamed VI.
De la decisión del tribunal español dependerá el futuro de la millonaria industria de los cítricos en España. Hasta la fecha, cada una de las variedades de mandarina se había distribuido bajo su propia licencia, pero las reclamaciones de la empresa vinculada a la dinastía alauí podrían provocar un vuelco en el sector en solo dos meses. La cordobesa Eurosemillas es hasta ahora la titular de los derechos de comercialización de la tango californiana, mientras que los de la nadorcott marroquí recaen sobre la sociedad Carpa y el Club de Variedades Vegetales Protegidas.
En España, más de 300.000 hectáreas se dedican al cultivo de mandarina, con una producción media de 6,5 millones de toneladas al año, de los que cerca de cuatro se destinan a exportación. Y, más allá de las cosechas, también está en juego la reconversión de algunos campos hacia variedades tardías que faciliten mejores precios en el mercado mayorista: tanto la tango como la nadorcott se la juegan también en este terreno.
