Marhuenda ataca a la lideresa por su discurso contra todos y el diario de Godó duda de la futura alcaldesa por ‘perroflauta”. El terremoto que han provocado las urnas especialmente en Barcelona, con Ada Colau, y en Madrid con Manuela Carmena, ha desatado en nerviosismo de los medios de comunicación más fieles a los perdedores: Esperanza Aguirre y Xavier Trías.
Francisco Marhuenda es uno de los que nos han esperado ni un minuto para abandonar el barco de la candidata del PP a la Alcaldía del Madrid a la que dedica hoy el Puntazo de La Razón titulado “Los graves errores de Esperanza Aguirre”, en el que el director de La Razón acusa a la ‘lideresa’“ de cargarse toda su ventaja de partida y el buen trabajo de su idolatrado Mariano Rajoy.
Recuerda Paco Marhuenda que la “candidata del PP al Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, que partía de una posición inmejorable para reeditar el triunfo popular, ha llevado a cabo una campaña electoral errática, empeñada en un enfrentamiento contra todos, incluso contra su propio partido, que ha conseguido, además, movilizar el voto anti-PP y lanzar electoralmente a una candidata rival, que era prácticamente desconocida para los electores”. Y advierte: “Graves errores que pueden costar a su partido una pérdida muy valiosa, como es la capital de España, con todo lo que representa de caudal político”.
La Vanguardia no combate a Trías sino que se dedica a advertir a la ganadora de los comicios que no dilapide la fantástica herencia que le dejan sus antecesores con una Barcelona, divina de la muerte.
El diario catalán siembra muchas dudas sobre la capacidad de una mujer que defiende a desahuciados, o sea una ‘perroflauta’: “La Barcelona del éxito, labrada en el trabajo de muchos años por parte de la administración municipal y de la sociedad civil, una ciudad celebrada globalmente, ha visto cómo sus ciudadanos deciden elegir a una alcaldesa, la primera en sus dos veces milenaria historia, que basa su discurso en la defensa de los desahuciados”.
Y se pone en plan condescendiente: “Será un apasionante a la par que duro reto para Colau compaginar su legítima aspiración igualitaria con una ciudad que ha adquirido una velocidad de crucero excelente y que es la envidia de otras muchas capitales del mundo”.
