Ciudadanos subirá el IVA del pan y bajará el de los ‘rolex’

Detrás de la cortina

Ciudadanos subirá el IVA del pan y bajará el de los ‘rolex’

La marcha triunfal del partido de Albert Rivera tropieza con la fiscalidad. Los balbuceos y falta de definición de ese programa económico por entregas que el gurú de Ciudadanos Luis Garicano ha elaborado para el partido de Albert Rivera, habrían sido objeto de una severa ráfaga de fuego graneado en cualquier otro contexto político. Y también en este mismo si, pongamos por caso, esas recetas hubieran sido presentadas por otro partido. El denostado UPyD de Rosa Díez, por ejemplo.

Pero ni los grandes medios, ni los sesudos expertos de turno han querido entrar a fondo en el análisis de un programa que plantea muchas dudas, tanto en su viabilidad, como en lo acertado de algunas de las propuestas realizadas hasta ahora. Y ni siquiera hace falta entrar en detalles para entender que, además, el recetario de medidas con el que Rivera y los suyos aseguran poder cambiar el modelo productivo español, ni siquiera está aún terminado por completo.

A estas alturas, por ejemplo, nadie tiene la más mínima idea qué es lo que Garicano y Rivera piensan hacer con el IVA. Al principio, hablaron de un tipo único entre el 16% y el 19%. Pero, en cuanto llegaron las críticas, parecen haber dado marcha atrás. La última versión sobre el asunto, proporcionada en una comparecencia pública por el propio Rivera, ha sido que trabajan en algo parecido a dos tipos, situados uno en el 8% y otro en el 16%. Pero ni siquiera esto es seguro. Puede cambiar de aquí a que el partido presente su propuesta fiscal definitiva.

Si finalmente, las últimas cifras de Rivera son las buenas, tendremos una subida del 100% en este impuesto para los productos de primera necesidad, como el pan, ahora gravado con un 4%, y un recorte del 25% en el impuesto soportado por los artículos de lujo. Sí. Los ‘rolex’ y los ‘ferraris’. Claro que esa posibilidad es mucho mejor que la anteriormente enunciada, que incluía un aumento de, por lo menos, un 400% en el primer caso, mientras que mantenía la rebaja en el segundo.

Sin embargo, no habría nada que objetar a esta propuesta, ni a ninguna otra. Al fin y al cabo sólo se convertirá en ley si los votos de los ciudadanos lo permiten. Lo curioso es que el presunto ‘partido del cambio responsable’ se haya puesto a hacer público un programa económico supuestamente ‘posible’ y alejado de la irresponsabilidad populistas de otras opciones, Podemos, por supuesto, antes de tener claramente definida cual es la fiscalidad que considera necesaria para potenciar la economía española. Y si hay algo que define, de verdad, una alternativa de Gobierno es precisamente eso.

La impresión que da esta circunstancia, convenientemente ‘escondida’ por los medios de comunicación de la ‘casta’ y sus tertulianos estrella, es que Rivera y los suyos tuvieron que lanzarse a la piscina con lo puesto mucho antes de lo que tenían previsto. Que alguien les ha obligado a entrar en el terreno de juego para cortar de raíz lo que parecía ser un imparable avance del partido de Pablo Iglesias. Por eso se habrían metido en harina, sin tener completa su estructura nacional, ni haber acabado de elaborar su programa económico. Y las prisas nunca son buenas.

Todo hubiera sido más fácil si el plan inicialmente previsto, su fusión con UPyD, hubiera salido adelante. Pero no pudo ser, por culpa del empecinamiento de una Rosa Díez que no quiso quitarse de en medio. Sin que se sepa tampoco, concretamente, porque hace unos meses, la formación magenta era un gran partido y ahora es una opción en crisis, al borde de la desaparición. Y lo único que media entre una cosa y otra es que Díez se negó a ser fagocitada para que Rivera se aprovechara de la estructura del partido que ella construyó desde la nada.

Y también claro, como ha señalado algún que otro columnista malintencionado, quizá en UPyD se pague ahora la factura de haberse tomado realmente en serio la lucha contra la corrupción. De haber mantenido vivos en los juzgados los casos relacionados, por ejemplo, con Bankia y por extensión con ese cáncer llamado Caja Madrid que ha marcado durante un par de décadas la política de la capital de España. ¿Acaso no se daban cuenta Díez y los suyos que en este caso lo que había que hacer era enterrar el pasado cuánto antes? Por lo visto no y así le va.

Aunque, quizá por fortuna, el interés de algunos líderes políticos por pasar página a toda velocidad en los asuntos más oscuros relacionados con la corrupción choca, una y otra vez, con las actuaciones judiciales en curso. Hoy mismo, el diario ‘El Mundo’ publica una información que demuestra que aún quedan demasiadas preguntas sin respuesta que afectan, y muy directamente, a personajes políticos que se mantienen activos en la vida pública.

Según cuenta la noticia, José María Buenaventura, un antiguo alto cargo del Gobierno madrileño de Esperanza Aguirre, habría declarado ante el juez Fernando Andreu que aceptó irse a trabajar a la Hacienda regional como jefe de gabinete de la consejera Engracia Hidalgo porque le prometieron unas retribuciones concretas. Y en el dinero que iba a recibir estaba incluido como ‘sobresueldo’ el disfrute de la tarjeta ‘black’ que le sería entregada, tras ser nombrado consejero de Caja Madrid.

Es obvio que Buenaventura puede haber mentido. Pero también que llueve sobre mojado y eso otorga una cierta credibilidad a su historia. Y, por lo mismo, si en el PP tuvieran la más mínima intención de impulsar un proceso de regeneración democrática, Aguirre no sería candidata a nada. De hecho, en cualquier partido conservador normal de la Unión Europea, la responsabilidad política derivada del listado de casos de corrupción ya conocidos, habría obligado a dimitir también al mismísimo Mariano Rajoy.

Nada que ver con lo que algunos esperan que pase en España. Aquí, y ya hay algún opinador que se atreve a decirlo abiertamente, Aguirre va a ser alcaldesa y Mariano Rajoy va a seguir presidiendo el Gobierno. Todo gracias a ese ‘tercer hombre’, a esa bisagra multiusos que se llama Rivera. Un tipo supuestamente serio y con propuestas viables y sensatas para España. Y eso que, como hemos dicho antes, ni siquiera tiene claro todavía cuál es el tipo de IVA con el que va a gravar el pan. Lo que sí sabe perfectamente es el que piensa aplicar a los ‘rolex’ y los ‘ferraris’.

Más información