En este aspecto el PP es el partido más inteligente, además de coherente: ni hay ni se las espera. Tras lo sucedido con Tomás Gómez, y aunque el PSOE haya solucionado su particular crisis madrileña con cierto éxito al escoger a Ángel Gabilondo como candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, era pregunta obligada hablar de las primarias dentro de los partidos tradicionales y cómo conviven éstos con ellas.
Mi jefe ha sido claro y directo: directamente, no conviven. En su opinión, y la secuencia de acontecimientos tiende a darle la razón, las viejas estructuras arquitectónicas sobre las que se asientan los partidos tradicionales no están pensadas para la convocatoria y desarrollo de unas elecciones primarias. Por el contrario, están pensadas para premiar una serie de méritos de dudoso prestigio.
En este sentido, el partido más coherente (e inteligente) es el PP. Lejos de marear la perdiz haciendo como que convocan nada, y entendiendo de antemano el pollo que se puede montar si se diese el caso, ese aspecto lo tiene claro: ni hay, ni se las espera, ni se las necesita.
