Alberto Garzón declaraba anoche en el Congreso que Bankia, una entidad pública, sigue desahuciando mientras Rajoy no hace nada. Precisamente, el banco no tiene ninguna autoridad por encima que dicte otro comportamiento. Martes 24 de febrero. Debate del Estado de la Nación. Las ocho de la tarde pasadas. Hace rato que la noticia de la jornada –estirada también durante el día de hoy- se ha producido: Mariano Rajoy ha mandado callar al todavía líder de la oposición, Pedro Sánchez, antes de etiquetarle con el piropo de “patético”. Una extraña ida de olla, según ha explicado Lucía Méndez en El Mundo.
Por lo dicho, a esas ocho de la tarde pasadas pocos escuchaban a Alberto Garzón. El joven dirigente comunista, opción de IU a La Moncloa el próximo otoño, no aglutinaba en su persona demasiada atención también porque nadie le considera a día de hoy un actor determinante en el actual tablero político, donde Podemos, por la izquierda, y Ciudadanos, por la derecha, han copado la atención alternativa al bipartidismo.
Sin embargo, mi jefe recogió una de las frases que Garzón lanzó a Rajoy. La siguiente: “Hoy mismo, aquí a pocos metros, una entidad bancaria pública, Bankia, está desahuciando a una familia sin recursos. Y usted no hace nada sino contemplar la injusticia; ser cómplice de injusticia”.
Y dice estar completamente de acuerdo con el joven candidato de IU. Al parecer, algo parecido es lo que contesta ante aquellos que le preguntan si los bancos rescatados con dinero público no deberían ser más sensibles a la hora de realizar desahucios. “La sensibilidades son decisiones individuales”, espeta, antes de explicar que “si bien los legisladores deberían garantizar unos comportamientos correctos ante penurias públicas, no tienen autoridad moral para exigirlos”.
