La escasez de productos básicos está causando estragos entre los venezolanos. Los venezolanos, que no ganan para sustos con Nicolás Maduro al timón, tienen que comer las hamburguesas sin las patatas fritas que hasta ahora las acompañaban. Mc Donald´s ya no encuentra materia prima, es decir vulgares patatas, para ofrecer sus menús como solía. La escasez de productos básicos está causando estragos entre los venezolanos, tradicionalmente los latinoamericanos que usufructuaban el mejor estado del bienestar del Continente.
Ahora el régimen bolivariano, o chavista si se prefiere, ha generalizado la escasez para todos. Hay racionamiento y la gente, mayormente las amas de casa, tienen que hacer colas de horas para conseguir un cupo de lo más elemental. Hasta la gasolina, que en uno de los países más ricos en petróleo escasea a veces porque el Gobierno, cuya mala cabeza es proverbial, tiene que importarla, lo mismo – por citar un ejemplo – que el papel higiénico.
Pero no importa, la demagogia oficial sigue alardeando de progresos a pesar de las devaluaciones de la moneda; un progreso que, si acaso, sólo conocen los miembros del Gobierno y alrededores. El país, ya digo, es un desastre como está quedando con esta revolución insensata que inició Hugo Chávez y continúa su sucesor, valorado por los expertos como el político más torpe y mentiroso que ha tenido el país. Que falten las patatas en un territorio agrícola tan próspero es muy significativo.
Las patatas, el alimento por excelencia de los pobres junto a la yuca en Africa, es lo único que escasea en un país cuando su economía se hunde. Y la venezolana hace agua por todas partes y más ahora con el precio del petróleo, el principal ingreso del Estado, al cincuenta por ciento de lo que solía. La gente, dentro y fuera del país, se pregunta cuánto tiempo va a durar Maduro sin tener que coger un avión que le deposite como exiliado en Cuba.
