25N: Aún nos queda mucho camino por recorrer

Opinión

25N: Aún nos queda mucho camino por recorrer

Lazo en contra de la violencia de género

Queda un camino larguísimo con muchos retos, pero tenemos que ser cada uno de nosotros, los ciudadanos anónimos, los que persigamos esta lacra. Hoy, 25N, es el día Internacional contra la Violencia de Género, y aunque la lucha contra esta lacra debe de ser diaria, nunca está de más que existan estos días para sentarnos a hacer balance de lo conseguido hasta ahora y de los retos que nos quedan.

Que la sociedad está más concienciada sobre la violencia de género es un hecho. Desde hace ya más de una década los movimientos sociales y los medios de comunicación se volcaron en visibilizar este drama y el bombardeo constante de información dejó huella. La gran mayoría de la población actualmente rechaza la violencia: Si vemos un episodio de violencia de género en la calle no dudaríamos en llamar rápidamente a la policía o defender a la víctima, mientras que hasta no hace demasiado la gente dejaba que “cada uno arreglara sus problemas domésticos”.

Las víctimas por su parte cada vez tienen menos miedo a denunciar a sus maltratadores, en gran medida gracias a Ley contra la violencia de género. Ésta asegura que los maltratadores pasarán automáticamente a la cárcel y que las víctimas contarán con la protección y cuidado del estado necesarios. En muchos casos el hecho de depender de sus maltratadores, ocasiona que muchas víctimas se mantengan en silencio. La ley de igualdad también ha ayudado equiparando los derechos de la mujer en el trabajo y dándonos mayor independencia.

Como digo hemos avanzado bastante, pero aún nos quedan muchas cosas en las que seguir trabajando y mejorando.

Las cifras de maltrato de género siguen siendo prácticamente las mismas desde los últimos 10 años, por mucho que hayamos avanzado en la lucha contra la violencia de género. En parte esto es debido a que los medios que ofrece el estado siempre han sido escasos – está muy bien hacer leyes pero sin dotaciones es como no hacerlas – y más en los últimos años.

Por otra parte, está surgiendo un peligroso repunte machista, en muchos casos en gente joven, precisamente por culpa de que algunos mecanismos de la Ley de Violencia de Género pueden crear situaciones del todo injustas.

Es una necesidad que al denunciar el posible maltratador ingrese automáticamente en un calabozo, que la víctima se le lleve a centros de acogida, etc. Aunque para algunos parezca “injusto” porque no es lo habitual en otro tipo de agresiones, hay que tener en cuenta el peligro que soporta la víctima al denunciar en los casos de violencia doméstica. El problema no son estas medidas cautelares, sino que no se castigue de forma ejemplar a quien hace uso de ellas de forma ilícita.

Habría que castigar duramente a las mujeres que denuncian falsamente por malos tratos a sus parejas. Estas denuncias son prácticamente marginales en el total, pero por desgracia hacen mucho daño al ser utilizados por determinados colectivos para satanizar la ley de igualdad y por ende a la mujer.

No hay cosa más repugnante y deleznable que una mujer utilizando los recursos de otras mujeres maltratadas para hacer daño a otra persona. Esta gentuza no diré que merece la pena de un maltratador, porque obviamente no son delitos equiparables, pero deberían de pasar unos cuantos años a la sombra. Si una mujer denuncia a un hombre de malos tratos y se demuestra que ese hombre es inocente, acto seguido la propia fiscalía debería abrir diligencias contra la mujer, y en caso de ser ésta culpable, como digo, aplicar penas contundentes.

Por otra parte, la Ley de Maltrato de Género se hizo pensando exclusivamente en las mujeres y no tuvo en cuenta a otros colectivos maltratados a parte del femenino.

Los hombres también sufren violencia, la cual también debemos perseguir al igual que la violencia machista. Las parejas de gays, por ejemplo, no se les aplican las mismas medidas, ni tampoco a los hombres heteros maltratados por sus mujeres (que los hay). Este es uno de los frentes donde más nos queda por hacer. Basta buscar fotos del 25N, como he estado haciendo para este artículo, y ver como el violeta y los símbolos femeninos copan por completo Google. Es lógico en parte porque principalmente la violencia de género la sufre la mujer, pero no podemos olvidarnos, como digo, del resto de víctimas.

En cuanto a la tan criticada ley de Igualdad, creo que es muy necesaria, pero debería de sufrir algunos cambios que la hagan tender precisamente a eso, a la igualdad, y no a la discriminación positiva como hasta ahora. Sigo creyendo que el tener un 50 / 50 de hombres y mujeres en el trabajo tiene que seguir manteniéndose, hasta que se normalice la situación de las mujeres, pero habría que ir más allá. Por ejemplo, uno de los mayores hándicap de la mujer en el mundo laboral es que puede quedarse embarazada. ¿Por qué no introducimos un periodo de maternidad que sea compartido de forma OBLIGATORIA por igual entre el padre y la madre?

Por último hay otro factor que ocasiona este repunte machista y debemos atajar: la influencia de determinadas culturas y creencias claramente machistas.

Se puede respetar una cultura y acoger a la gente que viene de fuera, pero no se deben permitir tradiciones bárbaras como la sumisión de la mujer en algunas corrientes islamistas. Hay que perseguirlo, sí, pero sobre todo educar a esos colectivos de que nada tiene que ver el maltrato con sus raíces e identidad.

Cuando hablamos de víctimas de violencia de género pocas veces tenemos en cuenta a los millones de mujeres y gays que están sufriendo brutalmente la violencia de género en países fundamentalistas.

Se bombardeó Afganistán y ahora se hace con el Estado Islámico, pero jamás movidos por las lapidaciones y torturas atroces que sufren estos colectivos. Los talibanes maltrataban mujeres y gays cuando eran grandes combatientes en Rambo II, igual que cuando occidente les bombardeó en busca de Bin Laden. Hay países como Arabia Saudí, una de las mayores dictaduras absolutistas que existen y donde menos se respetan los derechos de género, de las que nadie dice nada, porque tienen petróleo y nos lo venden.

Como veis, queda un camino larguísimo con muchos retos, pero tenemos que ser cada uno de nosotros, los ciudadanos anónimos, los que persigamos esta lacra.

Si en la casa de al lado se viven episodios violentos no te calles y denuncia. Si tienes una amiga que ha denunciado a su ex falsamente de maltratos y te lo confiesa, denúnciala. Si tienes un amigo que sufre malos tratos de su pareja pero tiene vergüenza de denunciar, dale todo tu apoyo y fuerzas para que dé el paso. Si sabes de países donde se vulneran sistemáticamente los derechos humanos y de género, pídele a tu gobierno que intervenga, que para eso estén las misiones internacionales, no para enriquecerse expoliando a otros.

Como todo cambio social, es necesaria la colaboración de TODOS para que dentro de 20 años las cifras de maltrato de género sean 0.

Vamos por el buen camino. Sigamos trabajando como hasta ahora.

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