Militantes y dirigentes del PP afines a Fabra parecen haber firmado un manifiesto de apoyo al expresidente de la Diputación y del PP de Castellón. Mi jefe recomienda algo más de pudor a la hora de devolver favores. Un escrito que ya circula por las redes sociales, distribuido por dirigentes del PP afines a Carlos Fabra, solicita firmas para pedir el indulto del expresidente de la Diputación y del PP de Castellón, condenado por el Tribunal Supremo a cuatro años de cárcel por fraude fiscal. El documento advierte que «Carlos Fabra Carreras es una persona honesta y trabajadora, que ha cumplido con sus compromisos, personales, sociales y laborales, y ha demostrado sobradamente su valía y buen hacer». No hablan de sus gafas, pero se presupone que las consideran de buen gusto.
Mi jefe tiene poco que decir al respecto, porque considera que hay que ser muy cándido, tremendamente cándido, apocalípticamente cándido, como para creer que los firmantes no están devolviendo públicamente favorcillos del pasado.
Lo que también opina mi jefe es que estas personas, que hacen muy bien honrando sus deudas por muy oscuras que estas puedan llegar a ser, si realmente ejercen en política deberían tener cuidado. Mucho cuidado. A saber: parece que la ciudadanía ya no se deja vacilar con tanta docilidad como antes y el PP se encuentra a menos de un año de las elecciones municipales, y a menos de año y medio de las próximas generales. Que por la derecha no tenga competencia y que la recuperación económica parezca estar ya más o menos instalada no quiere decir que vayan a volver a sacar una mayoría por su cara bonita. Esta vez van a tener que currárselo un poco más. Y así, desde luego, no.
