La hora del liderazgo

Política

La hora del liderazgo

Diego Carcedo, periodista y escritor

Es más que probable que el liderazgo indemne del Presidente del Gobierno tenga por fin que demostrar lo que hasta ahora ha venido ocultándole a sus votantes y gobernados. Hasta ahora Mariano Rajoy ha tenido un liderazgo cómodo, y eso a pesar de una crisis económica durísima por la que ha venido moviéndose con una habilidad escurridiza realmente admirable. Tanta habilidad ha demostrado Rajoy en lo que llevamos de legislatura en el manejo de su liderazgo que pasado ya el ecuador tal parece que nunca lo ha ejercido. Es un mérito que tenemos que reconocerle, a él y también a quienes desde la oposición más inocua que se recuerda le permitieron nadar sin mojarse la ropa con sorprendente facilidad.

Pero todo en la vida acaba y lo bueno, primero. Es más que probable que el liderazgo indemne del Presidente del Gobierno tenga por fin que demostrar lo que hasta ahora ha venido ocultándole a sus votantes y gobernados. Dentro de unas horas ya como quien dice tendrá que afrontar con Artur Mas el reto del secesionismo catalán, sin duda alguna el problema más grave con el que ha tenido que enfrentarse un Gobierno español desde que hay democracia.

A primera vista el problema es tan complicado que parece irresoluble, pero para eso está la política, bien apodada como el arte de lo imposible. Mas ya ha demostrado que es tan inexperto como irresponsable para meterse en líos; Rajoy tendrá que demostrar ahora que es capaz de liderar la búsqueda de un entendimiento que incluso le facilite por el bien de todos a Mas, quien lo diría, salir del callejón en que se ha metido. El conflicto catalán exige decisión y habilidad para resolverlo, y Rajoy tiene la próxima semana su gran oportunidad.

Enfrenta para ello dos obstáculos, uno el del crecido secesionismo catalán al que él ha facilitado ir muy lejos en la creencia absurda de que el tiempo arregla las cosas, y otro la presión de los fundamentalistas de su entorno que sólo contemplan como salida cualquier alternativa, incluido el despliegue de guardias civiles por la Diagonal barcelonesa, que no sea hacer concesiones. Por lo tanto, tendrá que corregir su pasividad de estos meses y plantarles cara a sus pretorianos para poder negociar ofreciendo algo a cambio.

Concesiones que tienen un límite y que para la buena marcha necesitarían ideas imaginativas, algo que hasta ahora han sido escaso. Desde el liderazgo de Rajoy, más que escasas, las ideas se reducen a cero. Así, Rajoy apenas tendrá el miércoles en la mano las dos propuestas hechas por la oposición: reformar la Constitución e ir a un sistema federal. Para el liderazgo de Rajoy va a ser duro tener que salvar la situación sólo con el gesto, por otra parte digno y hasta merecedor de elogio democrático, de tener que recurrir a las propuestas de los adversarios a los que hasta ahora además no les ha dado ni siquiera agua.

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