La euforia gubernamental es lógica. Llevan años recibiendo ataques y críticas, de lo más justificadas por otra parte, y ahora creen que ha llegado el turno de contestarlas con cifras. Los datos de la EPA – de los que se desprende que en el segundo trimestre el número de ocupados aumentó en 402.400 personas y el de parados ha bajado en 310.400 personas- han desatado la euforia de un Gobierno, el de Mariano Rajoy, que llegó al poder prometiendo reducir el desempleo.
Mi jefe ha aplaudido que existan menos parados. Dice que esa siempre es una buena noticia, por encima de cualquier otra consideración. Ahora bien, estas también deben sacarse a relucir. A saber: parece que estos datos avalan las rectificaciones hechas a la máquina de contar parados y que no se nos olvide que estamos hablando de menos parados, no de más puestos de trabajo.
Dicho lo cual, la euforia gubernamental es lógica. Llevan años recibiendo ataques y críticas, de lo más justificadas por otra parte, y ahora creen que ha llegado el turno de contestarlas con cifras. A ver si la tendencia continúa. Y a ver, también, si se atiende la precariedad de muchos de los nuevos empleos.
