Hace sólo dos días, Unicaja y Liberbank anunciaban que habían iniciado conversaciones “preliminares” para estudiar un posible proceso de fusión. Todo parece indicar, sin embargo, que las negociaciones están mucho más adelantadas, hasta el punto de que las entidades tendrían esbozado un organigrama del banco resultante y ya habrían calculado los ajustes de personal que serán necesarios.
Según publica hoy Cinco Días, que cita fuentes cercanas a las negociaciones, el actual presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, será también presidente no ejecutivo del nuevo banco, mientras que el cargo de consejero delegado recaerá en Manuel Menéndez, que a día de hoy ostenta ese cargo en Liberbank. En las negociaciones se habría decidido, además, que la sede social se ubique en Málaga, sede de Unicaja.
La nueva entidad podría iniciar su andadura entre julio y septiembre del próximo año, dependiendo de las prisas que se den Economía, Banco de España y BCE en autorizar la operación. Por parte de los bancos, la intención es que los consejos de administración la aprueben tan pronto como en marzo para así aprovechar las juntas de accionistas de abril para refrendar el acuerdo.
Unicaja y Liberbank ya tendrían calculado además el excedente de plantilla que tendrá la entidad resultante de la fusión: 3.030 trabajadores (un 27% de la actual), que saldrán en un plazo de tres años, según destaca Cinco Días.
Esta misma semana, Unicaja firmó un acuerdo con los sindicatos, que todavía debe ser ratificado, para homologar las condiciones laborales de la plantilla y abrir el camino a prejubilaciones voluntarias que podrían alcanzar a unos 900 trabajadores. Asimismo, se incluyen medidas de movilidad geográfica para otros 200 empleados, por debajo de los 350 casos previstos inicialmente.
